"Nuestro objetivo es acabar con el estigma del enfermo psíquico y lograr que esas personas se integren de la mejor manera en la sociedad". El presidente de la Agrupación para la Defensa del Paciente Psíquico, El Cribo, Jesús María Fernandez, destacó ayer durante la inauguración de la nueva sede de esta institución que el aspecto más destacado de la labor que se realiza en esta institución es la "reeducación psicosocial para ayudarles a crecer como personas", señala.

El Cribo, que se constituyó en el año 1993, es una asociación sin ánimo de lucro cuya misión es la atención integral a las personas con trastorno mental, fundamentalmente esquizofrenia y otras patologías que generan dificultades de integración social. Gestiona más de 180 plazas en los programas de rehabilitación de atención psicosocial, laboral y de atención residencial para la mejora de la autonomía, calidad de vida e integración social de las personas que padecen una enfermedad mental.

A la inauguración de la nueva sede, que está ubicada en la calle Gobernador García Hernández, 7 de Arrecife, asistió el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, la consejera de Bienestar Social, Inés Rojas, el presidente del Cabildo, Pedro San Ginés y varios de los alcaldes de la isla. Y es que el alquiler de la sede se sufragará con aportaciones tanto del Gobierno canario, Cabildo y los siete ayuntamientos conejeros.

Jesús María Fernández resaltó ayer que el actual edificio les permitirá realizar los talleres de reinserción en las mejores condiciones posibles. "En la antigua sede de la calle Tenerife apenas podíamos trabajar, era un inmueble ya bastante viejo y pequeño", señala el presidente del Cribo. Una institución que cuenta con 18 trabajadores y que atiende a algo más de 100 personas entre los 20 y 60 años.

Sin embargo, Fernández recalca que en Lanzarote pueden haber unas 2.000 personas con algún tipo de enfermedad mental por lo que hizo un llamamiento a las familias de la isla para que conozcan el trabajo que se realiza en El Cribo. "Aquí han venido chicos que casi no hablaban y ahora da gusto verlos", afirma.

El Cribo cuenta también con una coral, una batucada, un taller de radio, un vivero y talleres de agricultura y floristería. Además, se imparte un taller para las familias a través de la Obra Social de la Caja.