"Eran las siete de la mañana cuando al salir de mi casa para acudir al Ayuntamiento me sorprendí al ver que de un coche bajaba una niña con un sacho al hombro". El alcalde de Tinajo, Jesús Machín, rememoraba ayer la sorpresa que se llevó en el año 2001, poco después de acceder a la alcaldía, cuando pudo presenciar una imagen que todavía no se le ha borrado de la mente. "Como es lógico, me extrañé tanto que decidí seguir con mi coche a la niña, que no tendría más de 16 años, hasta que comprobé que se ponía a trabajar en las tierras con el sacho".

Alarmado por lo que acababa de presenciar se dirigió a la Policía Local de Tinajo para interponer una denuncia. A partir de este instante se movilizaron los Servicios Sociales del Ayuntamiento para determinar la situación personal no sólo de la joven Verónica (con un importante grado de discapacidad intelectual) sino de su hermano José Luis, que era varios años más pequeño.

Los informes en poder de los Servicios Sociales sobre la situación en la que vivían los dos pequeños son terribles. "Estaban muy descuidados y abandonados", asegura el alcalde de Tinajo. Los trabajadores sociales determinaron incluso que Verónica y José Luis recibieron malos tratos en el domicilio en el que residían con su padre y su pareja sentimental.

Unos informes que se complementaron con los datos aportados por el colegio Virgen de los Volcanes de Tinajo, a donde acudía su hermano menor.

Ante el abandono que sufrían y los malos tratos, los servicios municipales acudieron a la Fiscalía de Menores que ordenó de inmediato la retirada de la custodia legal de ambos hermanos, que fueron trasladados a un centro de acogida del Cabildo de Lanzarote.

Sin embargo, un año después de ser internada en el centro de acogida, Verónica no dudó en fugarse del centro para volver a su casa de Tinajo. Aunque la policía logró devolverla al centro de menores, su padre intentó despistar a los agentes escondiendo a la joven en la grieta donde ayer apareció una bolsa con huesos humanos que podrían ser de su cadáver.

Al cumplir la mayoría de edad en julio de 2003, Verónica regresaba de nuevo a Tinajo a pesar de los antecedentes de malos tratos que había sufrido de pequeña.

El calvario de Verónica comenzaba, no obstante, años antes en la Península cuando tuvo que presenciar cómo su madre moría ahogada en un río. Un terrible shock que al parecer podría haber sido la causa de su discapacidad intelectual.

En el año 2004 tenía lugar en Arrecife un juicio emprendido por los abuelos de los pequeños, que vivían en la Península para intentar, sin éxito, asumir la custodia de José Luis, que todavía estaba en el centro de acogida.

Los testigos que fueron al juicio recuerdan que ese día Verónica acudió a los tribunales con un aspecto totalmente diferente al habitual. "La habían vestido muy guapa, hasta el punto que parecía otra niña diferente", señalan. Pero aquello sólo fue un espejismo. Su hermano, tras cumplir los 18 años, decidió no volver al infierno en el que había vivido en Tinajo. Según algunas fuentes fue acogido por Cáritas, organización que le ha podido conseguir un trabajo.