Livia Veronese tiene muchos sueños. Esta italiana amante de Lanzarote desde hace varias décadas tiene una particular filosofía de la vida: ayudar para que los niños tengan un lugar donde puedan cultivar sus dotes artísticas, culturales y educativas. Aunque siempre que puede está allí donde se le necesita su última obra altruista ha sido la de ceder al Ayuntamiento de Teguise un total de 75.000 euros para la creación de un rincón cultural en el centro sociocultural de Costa Teguise.

Quienes la conocen aseguran que esta arquitecta italiana siempre está dispuesta a echar una mano. De hecho, es uno de los miembros más activos del Club Rotario de Costa Teguise, lugar en la que tiene su residencia que comparte con sus continuos viajes a Italia. Con esta organización no gubernamental ha participado en multitud de proyectos solidarios no sólo nacionales sino internacionales.

El alcalde de Teguise, Oswaldo Betancort presentaba en la tarde de ayer el proyecto de remodelación del Centro Socio Cultural en Costa Teguise en la calle Fragata (justo en frente del Colegio Internacional). Un acto en el que estuvo presente Livia Veronese, una persona muy vinculada a la Isla con una especial sensibilidad por los niños. De hecho, el único requisito que ha puesto es que en el centro sociocultural exista un espacio concreto y dotado para los menores. Y es que para Veronese son los más pequeños los que pueden cambiar el mundo por lo que es fundamental que estén lo más preparados posibles.

Veronese llegó a Lanzarote con su marido (ya fallecido) en la década de los 70, isla de la que rápidamente se quedó enamorada. Además, forma parte de la Asociación de Amigos Italianos de Lanzarote, una entidad que ha sido clave para la celebración el pasado año de los actos conmemorativos de la llegada de Lancelotto Malocello a Lanzarote.

Durante su pequeño discurso en la presentación ayer de las obras de reforma del centro sociocultural de Costa Teguise, Veronese dijo que entre sus sueños figuraba la creación de un centro en Lanzarote para la formación de profesores en la detección de niños superdotados.

Una intervención que también quiso aprovechar para rechazar el tabaco, sobre todo, en aquellas ocasiones en la que los fumadores están cerca de los menores de edad.

Otro de los sueños de Veronese fue el de lograr el fomento de la bicicleta y el transporte público en Lanzarote. "En Noruega y Canadá, con temperaturas de bajo cero, el uso de la bicicleta es masivo mientras que aquí con temperaturas ideales apenas se utiliza", dijo esta italiana que lucha por una isla con menos polución.

En Lanzarote también ha aportado dinero para la compra de libros para la escuela unitaria de El Cuchillo en Tinajo. Como arquitecta ha colaborado en diferentes proyectos patrocinados por la Unesco para mejorar la vida de los niños en países del tercer mundo. Porque los sueños para Livia Veronese por muy difíciles que sean siempre se pueden cumplir.