Extraer de la uva malvasía toda su esencia y aromas. Esta es la máxima que aplica Bodegas Martinón a la hora de elaborar sus vinos. Una receta sencilla que se basa en dos principios básicos: enfriar los racimos en las propias cajas hasta los 5 grados en una cámara frigorífica nada más llegar de la vendimia para su posterior despalillado y estrujado y macerar al menos 12 horas todo el resto de la uva (incluida la piel) para conservar toda la esencia de la uva de La Geria.

Bodegas Martinón es una de las pequeñas bodegas adscritas al Consejo Regulador de la Denominación de Origen de los Vinos de Lanzarote desde que en el año 2006 llevara a cabo la primera campaña. "Hemos apostado por la calidad y no por la cantidad", destaca el gerente de estas instalaciones, Eduardo Martinón. De hecho, durante la última vendimia su producción se acercará a las 30.000 botellas, lejos de las grandes cifras de los pesos pesados del sector vinícola de Lanzarote.

Eduardo Martinón Ramírez confiesa que su bodega forma parte de la tradición familiar. "La familia de mi madre tenía viñedos y elaboraban sus propios vinos y mi padre fue uno de los fundadores de bodegas Mozaga y Castillo de Guanapay", señala.

Con unos tanques con capacidad para almacenar hasta 50.000 litros de vino el objetivo de esta bodega, al igual que la gran mayoría de las empresas del sector ubicadas en La Geria es aprobar de forma definitiva el Plan Especial del Paisaje Protegido de La Geria, documento imprescindible para ampliar sus instalaciones.

"Necesitamos contar con unos depósitos de al menos 75.000 litros y realizar otras ampliaciones para la elaboración del vino. En estos momentos tengo alquilado un almacén en Arrecife para depositar la mercancía lo que da una idea de que es fundamental contar con este plan para el desarrollo económico del sector", indica Martinón.

La mayor parte de la producción de Bodegas Martinón está dedicada a los vinos malvasías secos y una pequeña parte a los rosados y tintos de la variedad de listán, de la que cuenta con una superficie de unas cinco hectáreas. Una producción que se destina de forma exclusiva a la restauración, aunque es posible acercarse a la bodega a comprar para consumo privado.

Sus vinos se venden casi en su totalidad en Lanzarote aunque es posible encontrarlos en Gran Canaria, Tenerife, Fuerteventura y en determinados restaurantes de la Península. Además, ha realizado pequeños envíos a Santo Domingo en el Caribe.

Eso sí, Martinón cree que es necesario que el sector de la restauración se implique de una forma más decidida en la promoción de los vinos de la isla. Sus cuentas son claras: los dos millones de turistas que vienen a Lanzarote cada año podrían consumir prácticamente todo el vino que se produce en la isla en una campaña media.

Sin embargo, Eduardo Martinón cree que también es fundamental potenciar la internacionalización de los vinos lanzaroteños. "Podemos competir a nivel mundial con cualquier vino", afirma con contundencia. Por ello, apuesta por seguir incidiendo en la promoción de los vinos conejeros en el exterior con el respaldo de bodegas, viticultores e instituciones del archipiélago.

Eduardo Martinón defiende la necesidad de cuidar a la uva no sólo cuando se cultiva sino cuando se transforma en vino. "La uva es un ser vivo que está en continua evolución aunque esté en la botella", señala. Y es ese mimo el que le lleva a seguir personalmente todo el proceso de sus vinos. "Este es un mundo maravilloso", sentencia.

Cómo llegar

En Masdache

Bodegas Martinón se ubica en el número 2 del Camino del Mentidero en la localidad de Masdache. Pasando el centro sociocultural de Masdache hay que coger el desvío al pueblo de Conil, a apenas 200 metros del cruce.

Negocio familiar

Citas concertadas

La mayor parte de la producción se vende en restaurantes aunque es posible adquirir en la propia bodega el vino para consumo privado. Para ello hay que concertar una cita previa en el teléfono 928. 834.160.