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Las joyas de los veleros clásicos

El puerto deportivo de Arrecife acoge a la flota de diez barcos de la regata Panerai Transat Classique

Las joyas de los veleros clásicos

Diez veleros clásicos considerados, las damas del mar, ultiman los preparativos en el puerto deportivo Marina Lanzarote, en Arrecife, de donde zarparon ayer, siete de enero rumbo a Fort de France, en la isla de Martinica, en la tercera edición de la regata Panerai Transat Classique, la única prueba transatlántica reservada a ese tipo de embarcaciones. Será la primera vez que la salida se realice desde Canarias ya que las dos anteriores partieron desde Agadir, en Marruecos (2008), hasta Saint Barth, en Las Antillas, y desde Cascais, en Portugal (2012), hasta Barbados.

Un trayecto de 2.800 millas espera a esta flota de joyas náuticas, que permanece atracada frente a la Plaza de las Cruces, en Naos. Las embarcaciones inscritas en esta competición, que organiza el Atlantic Yacht Club con el apoyo de Calero Marinas y el Comité de Turismo de Martinica, fueron construidas entre 1924 y 2006.

Seth Salzmann, de tan solo 30 años, es el patrón del Adventures, el más veterano de los barcos, propiedad del norteamericano de origen turco Victor Janovich. Nueve personas, incluido el propietario, conforman la tripulación del Adventures, de 31,10 metros de eslora. Salzmann aseguró ayer que "navegar con este tipo de barcos no es nada fácil, puesto que tienes que planificar muy bien la estrategia de navegación y hacer cambios muy precisos con las escotas, cabos que son fundamentales para cazar las velas". Añadió que la reconstrucción de este buque hace dos años, el más antiguo de la prueba, data de 1924 de un astillero escocés, costó "unos diez millones de dólares (8,3 millones de euros).

El mayor de los navíos amarrados en Marina Lanzarote que navegará en la Panerai Transat Classique es el Altair, de 40,78 metros de eslora. Salió de un astillero escocés en 1931 y su diseñador fue el arquitecto William Fife, el mismo que el que trazó el Adventures.

La única española a bordo del Altair es la extremeña María José González, quien se afanaba este viernes en tener todo a punto para recibir al dueño de esta belleza de los mares. María José integra el equipo de siete personas de la mayordomía del Altair, que llevará a un total de 16 tripulantes cuando suelte amarres el miércoles de la próxima semana. Uno de los sueños de María José era cruzar el Atlántico y finalmente lo podrá hacer en esta aventura atlántica. El Altair tiene su base habitualmente en Francia.

Mantener una de estas reliquias no está al alcance de todo el mundo. "Unos 8.000 euros al año", le cuesta al propietario y capitán del The Blue Peter, el británico Mathew Barcker, la puesta a punto de su adquisición náutica. Y eso que no es de las de mayor tamaño en Marina Lanzarote. Tiene 19, 65 metros de eslora y fue botado en 1930. Durante los dos últimos meses se ha hospedado en una apartamento en la Isla mientras apuraba las labores de mantenimiento.

Otros espectaculares reyes de los mares son el Amazon (1971), Argyll (1948) Corto (1970), Desiderata (1975), Faiaohé (2006), Gweneven (1975) y Vagabundo II (1945).

Las tripulaciones son de nacionalidades muy variadas. Entre otras, hay españoles, franceses, italianos y americanos. Abandonarán los pantalanes a partir de las 12.00 horas del siete de enero para posicionarse en la salida, que será a las dos de la tarde. Los organizadores invitan a los residentes y turistas a despedir a esta flota, que no volverá a pisar tierra hasta quince días después de la salida, visible desde la costa.

Anoche, los tripulantes fueron agasajados en el Real Club Náutico de Arrecife. Hoy, a partir de las 11.00 horas, los jóvenes navegantes de esa entidad y sus familias podrán visitar los barcos.

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