Domingo García Betancort nunca dejará de ser el cartero de San Bartolomé, pese a que se jubiló en 1998 después de 25 años de servicio en el municipio, donde ejerció otras muchas labores, como cuidador de animales, agricultor y hasta puso inyecciones a los vecinos tras aprender de su mujer, cuando aún no había practicante en el consultorio. Nacido en La Florida en 1934, reside en el pueblo de San Bartolomé desde 1961.

"Soy un cartero pero sin repartir", aseguró Domingo en el vídeo que a modo de pregón se proyectó anoche en el Teatro de San Bartolomé con motivo de la inauguración de las fiestas patronales del municipio. Domingo es el segundo de once hermanos, hijo de Pascual Domingo y de Juana, y padre de seis hijos. Nada más cumplir los 18 años comenzó a trabajar en la finca de Luis Ramírez, en La Florida, con la viña y los animales hasta 1973, año en el que se incorporó a la cartería.

Gran amante de la música y folclore de la tierra, Domingo hizo un repaso a su vida en el que recordó que "desde chico me gustaba mucho el baile". A Masdache fue al primero de su vida, con timples, guitarras y bandurrias. Después acudió a los de Montaña Blanca, "solo porque no había nadie más en la Florida. Cuando ya volvía", relató, "el camino era por medio de parras muy oscuro. A veces, los pájaros que estaban en medio de las parras me hacían dar un salto como un baifo porque tenía miedo".

A Tao y a Tiagua iba acompañado por "los chicos de las Calderetas, Miguel el de Elisa, Pedro Morín, Míguelo el hermano de Avelino y Avelino. Para arriba íbamos caminando y para abajo veníamos en un taxi", rememoró el pregonero.

Cuando era cartero en activo se trasladaba en moto. "Pasé mis trabajos con perros sueltos de algunas casas a las que iba. Yo no solía devolver las cartas aunque tuvieran la dirección mal, sino las guardaba en la maleta, les iba preguntando a los vecinos y así me decían la casa y ya las entregaba", señaló Domingo.

Reconocimiento

En San Bartolomé Domingo también trabajó en el antiguo cine de Don Daniel como portero y acomodador durante casi diez años. También tuvo palabras para su mejor amigo y compañero de viaje en la vida, Juan Armas (Juan el de Don Polo). "En su compañía nunca he estado más de cinco minutos serio", afirmó con nostalgia.

La alcaldesa de San Bartolomé, María Dolores Corujo, definió a Domingo como "un hombre sencillo y cercano, de pocas palabras, pero entrañable, popular, honesto, serio. De esas personas de siempre, con palabra", subrayó. Añadió que "la misión de los carteros debe ser destacada, y se debe hacer justicia con el trabajo que realizaban cuando las comunicaciones no eran como hoy, y que hoy siguen desempeñando", pues "durante mucho tiempo, carteros como Domingo, fueron el único vínculo entre vecinos y familiares que habían emigrado".