Una caja de sardinas en escabeche "El Ancla" elaborada en la ya desaparecida fábrica de conservas Lloret y Llinares de Arrecife junto a otra caja de tomates de la antigua empaquetadora José Ferrer Montero en el pueblo de Mácher son dos de las joyas del pasado que se pueden contemplar detrás del mostrador de la tiendita recreada por el Ayuntamiento de Tías en la Feria Insular de Artesanía de Mancha Blanca organizada por el Cabildo de Lanzarote coincidiendo con las fiestas patronales de Los Dolores. Y es que las pequeñas tiendas de los pueblos, conocidas también como lonjas, reabrieron ayer sus puertas de la memoria para atender a los que se acerquen hasta el próximo domingo a una feria que cuenta con 94 artesanos de las islas de Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, La Gomera, La Palma y Tenerife.
Cristi Acosta y Victoria Luna han sido las encargadas de dar vida a esta "loja", como también se les conocía sobre todo en el pueblo de Tías. El Ayuntamiento ha elaborado un censo con más de 50 establecimientos de estas características. En Tías se recuerdan algunas de estas 'lojas' como las de Paco Rodríguez y Emilia Sepúlveda en Conil, María Reyes y Juan Melíán, Olimpia Hernández, Ula García y Lola Delgado en Tías y otras como las de Juana Ferrer, Manuel Cabrera y Pilar Hernández. En ellas normalmente de una habitación con un mostrador y rudimentarias pesas, se vendían todo tipo de productos, ropa, comida, calderos, petróleo, jabón y granos. Eran el punto de encuentro social de la época.
De otra época son también las jaulas de cañas del artesano Domingo Súarez, natural del municipio grancanario de San Mateo. "El Cabildo de Gran Canaria me ha realizado un reportaje donde explico las técnicas que empleo para hacer las jaulas porque parece ser que no hay más gente que quiera dedicarse a esto", señala.
Y es que una de las grandes preocupaciones que salen a la luz cada vez que se celebra una feria de artesanía es la posibilidad de que muchos de estos trabajos acaben en el olvido. "Este año tanto el Ayuntamiento de Teguise como el de Haría tenemos un hueco en la feria dedicado a nuestros artesanos más tradicionales", señala la concejal de Teguise, Mari Paz Cabrera.
Una de las artesanas de Teguise es Teresa Morales que lleva más de 15 años impartiendo clases de cerámica tradicional. "Los cantos de tierra los voy a buscar a la montaña de Haría, debajo de la ermita de Las Nieves, porque es la mejor tierra para trabajar", destaca.
Un stand en el que también se pueden ver las tradicionales muñecas con escobillas de palma vestidas con los trajes típicos de Lanzarote. Edelmira Pérez, de Haría, es una de las pocas artesanas que todavía realiza estas muñecas tan características de la isla.
Sin olvidarse de las técnicas tradicionales, Sara Villalba apuesta por la innovación a la hora de trabajar el ganchillo. "Me gusta hacer cosas divertidas como marionetas de camellos, pollitos o dragones", señala una artesana que lleva más de una década vendiendo sus productos en los mercadillos de Teguise y el Pueblo Marinero de Costa Teguise.
La feria homenajeaba anoche a la mujer graciosera para reconocer y pone en valor la importancia del trabajo hecho a mano por las mujeres de la octava isla. Por su parte, el Ayuntamiento de Arrecife rinde homenaje a la agrupación folclórica Los Campesinos. Un total de 26 imágenes realizadas por los fotógrafos tinerfeños José Antonio Cabello y Gustavo Tavío, recorren los 50 años de historia de esta agrupación nacida en el barrio capitalino de Titerroy y que cuenta con una gran trayectoria en la difusión del folclore canario tanto a nivel nacional como internacional.
Todos los ayuntamientos lanzaroteños han diseñado sus propios stand. El de Yaiza recrea una parte de la costa de El Golfo en la que no falta una chalana.
La artesanía del reciclado también tiene un rincón en la feria. Massimo Corneo, que tiene su taller en la zona de Las Chafiras en Abona (Tenerife) confiesa que no tira nada. "Yo aprovecho casi todo", asegura mientras trabaja al lado de una batería realizada con maderas de obras.
Calado, cestería de palma, tejeduría, rosetas, cerámica, modelado palmero, carpintería, torneado de madera, pirograbado, cantería, decoración de telas, marroquinería, joyería, alfarería, sombreras, ganchillo, cestería de mimbre, forja y cuero son algunas de las técnicas que se reproducen en los nueve pabellones que se han instalado en Mancha Blanca. Además, de la gastronomía con repostería, helados, confitería y el habitual de elaboración de pellas de gofio.
Para facilitar la visita se ha establecido un servicio especial de guaguas tanto de Arrecife como de las zonas turísticas de Puerto del Carmen y Costa Teguise.
