A Fernando Hernández Páez se le hacía ayer un nudo en la garganta para intentar explicar lo que representaba para él y su hermano Juan José, poder llevar en su pesquero Àngeles a la patrona de la isla de La Graciosa. La procesión marítima de la Virgen del Carmen congregó ayer en la octava isla a varias miles de personas, muchas de las cuales se embarcaron para acompañar a la patrona de los marineros por el litoral graciosero.

Era la segunda vez que la familia Hernández Páez tenía el honor de pasear a la Virgen por la costa de la octava isla en uno de los 25 artesanales que todavía faenan en aguas del Archipiélago Chinijo. "En verano nos dedicamos a la pesca de samas y bocinegros, mientras que en invierno nos centramos en la merluza", destacaba ayer Fernando antes de emprender la que con toda seguridad era una de las travesías más importantes de su vida.

Con antelación tenía lugar la eucaristía en la parroquia Virgen del Mar de Caleta de Sebo. En su homilía el sacerdote Manuel Arencibia destacó el fervor de los canarios a la Virgen y de manera especial a Nuestra Señora del Carmen. "Es que los canarios somos muy madreros", apuntaba el párroco.

Pasadas las cinco de la tarde, la patrona de los gracioseros salía de la pequeña iglesia rumbo al muelle acompañada de la agrupación folclórica Nuestra Señora de Guadalupe de Teguise. Entre vítores: ¡Viva la Virgen del Carmen! y 'Viva la octava isla!, la comitiva llegaba al muelle graciosero.

La pequeña embarcación de los hermanos Hernández se quedaba pequeña para acoger a las autoridades y amigos. Eso sí, el sacerdote de la parroquia Virgen del Mar, Manuel Arencibia iba a realizar un trayecto mucho más dulce que el resto de los pasajeros gracias a las roscas que le había elaborado la mujer de Fernando.

Las fiestas han abarrotado La Graciosa durante el fin de semana. Desde hace meses no quedaba una cama libre para alquilar, lo que obliga en estas fechas ocupar hasta los garajes y cualquier sitio en el que quepa un saco de dormir. La reducción de los precios de los billetes de barco ha establecido en cinco euros el viaje de ida y vuelta desde Órzola a Caleta de Sebo, aspecto éste que ha multiplicado las visitas a la octava isla.