El parque zoológico Rancho Texas Lanzarote Park, ubicado en Puerto del Carmen, ha puesto en marcha el delfinario que ha construido en esas instalaciones, el primer servicio de esas características que existe en la Isla.

La atracción con los cuatro delfines mulares ( Tursiops truncatus), en la que los ejemplares juegan, nadan y saltan siguiendo las indicaciones de sus cuidadores en la exhibición general para los visitantes, es la nueva oferta que ha incorporado la empresa a sus actividades en el parque, el cual ha incluido de forma reciente la posibilidad de interactuar con estos mamíferos, previa reserva, en dos turnos diarios de un máximo de diez personas en cada pase, a las diez de la mañana y a las tres de la tarde.

"Conoce, acaricia y juega con nuestros delfines. Nunca olvidarás la experiencia" es el reclamo con el que Rancho Texas invita a sus visitantes a acercarse a los delfines, que llegaron a la Isla desde Alemania el pasado 26 de noviembre en un avión especial para ese tipo de traslados, acompañados por veterinarios, biólogos y cuidadores. El Programa Europeo de Especies Amenazadas (EEP) y la Asociación Europea de Mamíferos Acuáticos (EAAM) ha respaldado el desplazamiento de los animales hasta Lanzarote.

El precio de la entrada para visitar todo el parque e interactuar con los delfines cuesta a los no residentes en Canarias 130 euros por persona en el caso de los adultos y de 122 euros para los niños de entre 8 y 12 años. Los residentes canarios pagan 119 euros si son adultos y 114 euros los menores de entre 8 y 12 años, según se detalla en la página web de Rancho Texas.

La aclimatación de los mamíferos, nacidos todos en cautividad, a las instalaciones, ha sido satisfactoria, según el parque. Su nuevo hogar son las piscinas cuya superficie de lámina de agua es de 1.200 metros cuadrados y albergan siete millones de litros de agua de mar, el equivalente al líquido de casi tres piscinas olímpicas. La profundidad media es de seis metros.

'Diego' y 'Darwin' nacieron en 2011 en el zoo de Duisburg, 'Noah' en 1993 en el de Núremberg (Alemania) y 'Kai' en 2010 en el delfinario de Harderwijk (Países Bajos).

El delfinario no ha estado exento de polémica. El Ayuntamiento de Tías paralizó las obras del recinto en 2015 tras las denuncias de Podemos y Ganemos Tías, aunque la Justicia dejó sin validez el precinto. A su vez organizaciones ecologistas han desarrollado actos de protesta en contra del delfinario.