El voraz incendio que calcinó en la noche del pasado virnes el sótano y dos plantas de la panificadora Hermanos Pacheco, en el pueblo de Tinajo, ha impedido que ese negocio familiar continué con la elaboración diaria de entre 8.000 y 10.000 panes de diverso tipo, aseguró ayer Luis Pacheco, uno de los propietarios de la empresa, junto a su hermano Cándido. El empresario se mostró bastante afectado por lo ocurrido.
Cinco panaderías de Lanzarote no han dudado en prestar su colaboración a los Pacheco para que puedan seguir atendiendo a sus numerosos clientes, tiendas de alimentación y establecimientos hoteleros repartidos por toda la Isla. Luis agradeció a La Cuesta (Arrecife), Tajaste, San Roque (Tinajo), San Antonio (Tías) y Soo (Teguise) que ofrezcan su ayuda y cocinen el pan que no han podido hacer al quedar inutilizadas sus instalaciones, cuya estructura se ha visto gravemente dañada, según los bomberos del Consorcio de Seguridad y Emergencias que intervinieron en el servicio.
Hermanos Pacheco representa a la tercera generación de la fábrica, en la que incluso ya trabajan miembros de la cuarta, manifestó Luis. Su bisabuelo conocido como Luis El Palmero, fue el que fundó, "hace por lo menos un siglo", la actividad con un horno de piedra, recordó su nieto Luis. Catorce familias del municipio de Tinajo dependen en la actualidad de este oficio de los Pacheco.
Sus dueños esperan la visita de los peritos del seguro para poder evaluar los daños, ya que no se puede acceder al edificio. Luis aseveró que lo sucedido le ha mermado los ánimos para levantar de nuevo el negocio que tanto esfuerzo les ha requerido. "No podemos seguir así. No estamos dando a nuestros clientes el servicio que les prestábamos antes del incendio. Sin embargo, mucha gente nos está dando ánimos para que continuemos cuando nos recuperemos y así, sí tengo voluntad para seguir", aseveró el panadero, que lleva cuatro décadas en el establecimiento familiar de Tinajo.
Panificadora Hermanos Pacheco está ubicada en la calle El Rincón del barrio de El Calvario. Afortunadamente, en el incendio, cuyo origen se baraja en un fallo en un horno ubicado en la primera planta del inmueble, no hubo que lamentar daños personales porque esa industria estaba vacía de trabajadores en ese momento.
Aviso de un empleado
El primer empleado que llegó a la panadería la noche del viernes para comenzar su turno de trabajo, entre las diez de la noche y las seis de la mañana del día siguiente, se percató del fuego y dio la alerta para reclamar ayuda.
Cuando los efectivos del consorcio llegaron, comprobaron que las llamas se habían extendido por el sótano y la primera y segunda plantas, que al estar comunicadas entre sí facilitó la rápida propagación del fuego.
En la azotea había un tanque de gasoil que suministraba el combustible para los hornos, que por suerte no ardió.
Los bomberos pidieron refuerzo a su central dadas las dimensiones de lo que se encontraron y comenzaron a limpiar el sótano antes de intervenir en los pisos superiores para sofocar las llamas e ir ventilando las distintas estancias. Emplearon unos 5.000 litros de agua en apagar el incendio que sorprendió al pueblo.
