Lanzarote despide hoy a uno de sus docentes más queridos: Pedro Hernández Cerdeña (Arrecife, 1914-2017). El conocido como 'maestro de Arrecife' por ser la capital donde desarrolló su profesión durante cuatro décadas, falleció el pasado lunes a los 103 años de edad en el Hospital Insular tras enfermar un mes antes.

El respetado y querido profesor Hernández Cerdeña dio clases a varias generaciones de arrecifeños, entre ellos el presidente de la Fundación César Manrique, José Juan Ramírez, y los exalcaldes de Arrecife Cándido Reguera (fallecido en 2015) y Manuel Fajardo Feo. Ejerció su profesión de Enseñanza Primaria en la Escuela Unitaria de Orientación Marítima de Arrecife, que dio origen al club deportivo Orientación Marítima, situada frente al antiguo Parador de Turismo, entre los años cuarenta y principios de los ochenta del siglo XX. Se jubiló en el colegio Generalísimo Franco, rebautizado como La Destila, el nombre del barrio donde se ubica.

El 'maestro de Arrecife' fue alumno de enseñantes que luego dieron nombre a centros educativos de la ciudad, como Benito Méndez Tarajano (colegio situado en Titerroy) y Agustín Espinosa (instituto en el centro de la capital).

Nacido el año en el que comenzó la Primera Guerra Mundial, el fallecimiento de 'don Pedro', como también se le conocía, coincidió con el Día del Maestro, el 27 de noviembre, una fecha muy emotiva para un gran apasionado de la enseñanza, a la que dedicó su vida tras abandonar sus estudios de Perito Industrial.

Dos guerras mundiales, la Segunda República Española, la Guerra Civil Española, la Dictadura Franquista y la Democracia figuran entre los grandes periodos históricos en los que vivió el docente.

Homenaje por el centenario

El 15 de noviembre de 2014 Hernández Cerdeña recibió por su centenario un sentido homenaje en el centro asociado de la UNED en Lanzarote, promovido por la Asociación Mercedes Medina Díaz, al que se sumaron el Gobierno de Canarias, el Cabildo de Lanzarote, el Ayuntamiento de Arrecife, el Centro de Profesores y la UNED. Al acto acudieron compañeros jubilados de profesión, familiares, amistades y diversas autoridades.

En ese encuentro la presidenta de la Asociación Mercedes Medina Díaz, Maura Palarea, resaltaba el papel que desempeñó el maestro arrecifeño en la formación de lo escolares. "De usted aprendían lo más difícil de enseñar, lo que enseñan los buenos maestros, la dignidad y lo que hoy llamamos valores. Los educó en igualdad y respeto a la diferencia". Palarea añadía que el profesor "se adelantó con sus métodos a la pedagogía moderna de grupos heterogéneos, atención individualizada, trabajo cooperativoy en grupo", labor que llevó a cabo en una época en la que predominaban la miseria y la escasez en la sociedad lanzaroteña.

Una de las anécdotas que relataron sus estudiantes fue la de la famosa frase de don Pedro "exprima su limoncito, exprímalo", en referencia al cerebro, que solía pronunciar el profesor cuando uno de sus pupilos no contestaba o lo hacía de forma incorrecta.

A sus 95 años fue pregonero de las fiestas patronales de San Ginés en agosto de 2010, invitado por el entonces alcalde, Cándido Reguera. Su hija Rosalía fue la encargada de leer el pregón.

El pregonero lamentó "la escasez de medios" por la crisis económica para los festejos, como los de antaño, en los que, a pesar de todo, "el arrecifeño, del que siempre se ha dicho que es abierto y jovial, muy dado a la cháchara y al comentario jocoso, sabía disfrutar y participar de la fiesta", dijo Hernández Cerdeña. Invitó a la población a "participar en los actos religiosos para rogarle a San Ginés por la salud y el bienestar de todos".

El Charco, las características naturales de Arrecife como puerto y refugio de embarcaciones, la extinta actividad pesquera y el trazado urbanístico de sus calles, que "deja mucho que desear", fueron algunos de los aspectos a los que se refirió el pregonero.

También destacó la arquitectura y el patrimonio histórico como la Casa de la Cultura Agustín de la Hoz (reabierta el pasado mes de octubre), la iglesia de San Ginés, el Mercadillo, los castillos de San José y San Gabriel, las salinas y, "cómo no, los puentes". El pregonero expresó su deseo de que "los puentes también nos unan en las ideas y proyectos de futuro".

Alabó "el entusiasmo y contumaz esfuerzo de los vecinos" en el desarrollo de la ciudad y aseguró que, aunque se ha avanzado, echó en falta "más centros culturales y de recreo donde disfrutar de una sesión de teatro, una ópera, un concierto, un ballet... Espero y deseo que nuestro querido y estimado alcalde y la corporación lo logren".

Uno de los jugadores habituales en las partidas de ajedrez de Hernández Cerdeña era su amigo y expresidente del Cabildo de Lanzarote José Ramírez Cerdá (Pepín). "Pepín era más lento que mi padre porque se pensaba mucho las partidas", recordaba ayer Francisco Hernández Spínola, uno de sus ocho hijos y exconsejero de Presidencia, Justicia e Igualdad del Gobierno de Canarias y exdiputado regional por el PSOE, entre otros cargos públicos que ostentó este histórico socialista.

Hasta poco antes de morir, Hernández Cerdeña jugaba al dominó con sus familiares los fines de semana, otro de sus juegos de mesa preferidos.

"Una persona entregada"

A Hernández Spínola, quien subrayó que su progenitor "vivió con mucha salud hasta hace casi un mes", le gustaría que recordaran a su padre como "una persona entregada a los demás y, sobre todo, a sus alumnos de los que siempre estaba pendientes por su gran vocación como maestro". Era también un gran lector.

Hernández Cerdeña era hijo de Francisco Hernández Arata, médico y político, y de María Cerdeña Bethencourt, hija del que fuera alcalde de San Bartolomé, Pedro Cerdeña Armas.

Viudo de Dolores Spínola Ferrer, Hernández Cerdeña era padre de María Dolores, María de los Ángeles, Pedro, Matilde Rosalía, José Domingo, Manuel, Francisco y Alfonso Hernández Spínola.

"Él y mi madre formaban un buen tándem y a todos nos dieron carrera universitaria haciendo un gran esfuerzo", afirmó su hijo.

Su capilla ardiente está instalada en el velatorio del Hospital Insular, en Arrecife. Hoy, a las 13.30 horas, se oficiará una misa en la iglesia de San Ginés y desde allí sus restos mortales serán conducidos hasta el cementerio capitalino de San Román. Descanse en paz.