Cuando el alemán Bernardo Zinhard se estableció en Lanzarote en el año 1983 convencido por un cuñado que había estado antes de vacaciones en la Isla, lo que menos se imaginaba era sentirse atraído por un fruto silvestre popular en Canarias, el tuno indio, y mucho menos convertirse en pionero, al menos en el Archipiélago, por la elaboración de confituras con este producto, considerado un superalimento por sus propiedades de potasio, magnesio, calcio y vitaminas E y K, entre otras cualidades.
Una década después de asentarse en Lanzarote comenzó la elaboración de la mermelada de tuno indio que vendía en pequeños tarros en su restaurante El Patio, en Mácher (municipio de Tías), ya sin actividad. Hacía entre 30 y 40 tarros semanales, recordó ayer su hijo Philipp. En 1995 decidió crear la empresa Bernardo's Mermeladas e innovar en sus creaciones. Al tuno indio le salieron pronto nuevas compañías.
Así, empezó a hacer mermelada de tuno indio con banana, naranja, miel y aloe vera. También sacó al mercado otro tipo de conservas como las de papaya y naranja, mora, pimientos, higos, batata, mango y limón, tomate y albahaca. También innovó en la mezcla del aloe con fruta como tunos indios, plátano e higos (fruta). En la actualidad, precisó Philipp, la empresa que fundó su progenitor y en la que ambos trabajan produce 240.00 kilos de mermelada al año, frente los alrededor de 500 kilos de 25 años atrás.
En su catálogo de creaciones también hay mojos y licores de cactus y leche de cabra.
Comercializan sus producciones en supermercados y restaurantes de Canarias, Alemania, Italia y Madrid.
Cuando la producción creció se establecieron en Tahíche y desde hace unos meses en la calle Varenga del polígono industrial de Playa Honda, donde ayer inauguraron su nueva sede. La empresa da trabajo a 21 empleados, aseguró su jefe de ventas, Jesús Miranda.
A Bernardo's Mermeladas le han salido imitadores. "Si eres un referente en algo y haces las cosas bien la gente te copia, de lo cual estamos muy orgullosos", destacó Jesús la pasada jornada tras el acto de inauguración.
Sus botes son característicos porque una tela de cuadros (en colores diferentes según el tipo de elaboración) cubre la tapa, detalle que también han empezado a utilizar otras marcas.
