El Cabildo de Lanzarote encargará un estudio de ingeniería a una consultora especializada en sistemas aeroportuarios y control de tráfico aéreo y medio ambiente, entre otros criterios, que explore desde un punto de vista técnico posibles ubicaciones para proyectar un nuevo aeropuerto en la Isla, en sustitución del actual y que permita recuperar para diversos usos públicos la zona de Guacimeta.

La gran franja de suelo que ocupa el aeropuerto y toda su zona de seguridad, entre el área residencial de Playa Honda y el núcleo turístico de Matagorda, "constituye uno de los espacios más aptos -desde todo punto de vista- para la instalación de equipamiento dotacional", como una residencia de mayores, centros educativos, sanitarios o una nueva ciudad deportiva. "Sería ademas la oportunidad de recuperar esta franja costera de Guacimeta, con magníficas playas, para hacer la avenida peatonal marítima con carril de bicicleta que merece, zonas verdes, merenderos y de esparcimiento públicas para uso de residentes".

El citado estudio se presentará a AENA, ente estatal con el que el Cabildo valorará de forma conjunta la viabilidad técnica de estas propuestas, "antes que cerrarse solo la posibilidad de la ampliación al mar o el desmonte de la montaña en la actual ubicación, para una vez vistas todas las posibilidades adoptar la mejor opción de futuro para Lanzarote".

Así lo anunció ayer el presidente insular, Pedro San Ginés, quien considera que "aunque a algunos les parezca difícil plantear a día de hoy la idea de localizar una nueva ubicación para el aeropuerto de la Isla, lo cierto es que en el conjunto del país se han construido enormes infraestructuras aeroportuarias con un alto coste, sin que tengan el tráfico aéreo, la demanda potencial o la rentabilidad que tiene el de Lanzarote, que se sitúa entre los diez primeros aeropuertos más rentables de España y el noveno en número de pasajeros, con 7.389.025 en el pasado ejercicio y un incremento del 10,5% con respecto al anterior, según los datos de AENA". San Ginés recuerda que el vicepresidente cabildicio, Manuel Cabrera, ha venido planteando la posibilidad de este estudio en el seno del grupo de gobierno.

Una mayor operatividad

El Gobierno insular comparte además, según San Ginés, que "debemos ser ambiciosos, pensar en el futuro y explorar todas las posibilidades que ofrece Lanzarote, por si existe alguna alternativa que permita, desde un punto de vista técnico, proyectar un nuevo aeropuerto que no esté limitado por los condicionantes orográficos, que minimice las molestias a la población residente y que no genere un impacto medioambiental al territorio inasumible".

Las actuales instalaciones aeroportuarias, situadas en el núcleo urbano de Playa Honda, en el municipio de San Bartolomé, datan de la década de los 40. El transporte de pasajeros civiles en la Isla se inició el 12 de junio de 1946, de manera provisional en 1946 con un avión de tráfico comercial de Iberia. La demanda de tráfico por el aumento del turismo, impulsó la construcción de la pista de 2.400 metros, que "ya nació con limitaciones entonces", para el previsible tráfico aéreo internacional.

El 3 de marzo de 1970 el aeródromo se inauguró de forma oficial con un vuelo procedente de Madrid y Sevilla y otro comercial desde Oslo. La construcción de la nueva terminal fue una realidad en 1999, con una previsión y capacidad para atender una demanda estimada entonces de unos seis millones de pasajeros. Desde 2004, la Isla cuenta con dos terminales en Playa Honda. Un emplazamiento, "siempre tuvo dificultades de visibilidad y seguridad para el aterrizaje y despegue de algunos vuelos por su particular situación orográfica, al estar muy cercana la montaña de la cabecera de pista".

Con independencia de estas dificultades orográficas, precisa el Cabildo, la operatividad del aeropuerto no es quizá la deseada para el presente y el futuro, entre otros factores por el crecimiento de la demanda y el intenso tráfico aéreo con demasiada frecuencia, la incidencia de la climatología con "centenares de vuelos desviados entre 2015 y 2017" y la exposición de miles de vecinos a niveles de ruido que superan los 55 decibelios, según el mapa estratégico de ruido elaborado por AENA.