El acusado de abusar sexualmente de la hija de su pareja, una niña que tenía entre 8 y 9 años de edad en el momento en el que se produjeron los hechos en el domicilio familiar en Costa Teguise, entre diciembre de 2013 y mayo del año siguiente, negó este martes en el juicio celebrado en Arrecife los cargos que pesan sobre él.

El tribunal de la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Las Palmas juzga a un ciudadano británico como presunto autor de un delito continuado de abuso sexual y de un delito continuado de exhibicionismo, por los que la Fiscalía solicita un total de siete años de prisión, una multa de 8.000 euros, la prohibición de acercarse a menos de 200 metros de la chica y de comunicarse con ella durante diez años. Ante estas acusaciones, el procesado sostuvo este martes durante el juicio que lo que hizo fue enseñarle a la niña, a petición de ella, "ya que me tenía harto", cómo funcionaba un consolador que estaba en el dormitorio que el acusado compartía con su madre porque "el que usaba la niña se había roto".

"No abusé de ella. Solo le dije cómo presionar los botones del consolador. Es el único incidente que tuve y me disculpé por ello", reconoció el acusado. Precisó que "no me quedé mirándola" y que su intención, cuando le explicó cómo se encendía el citado aparato para la estimulación sexual, "no era la de mantener relaciones sexuales con ella". Detalló que, en la mesilla de noche del dormitorio que estaba junto al lado de la cama de su pareja, "había muchos consoladores, siete u ocho". Asimismo, señaló que "la niña se masturbaba excesivamente" frente a él y que se lo comentó a su madre. "Me dijo que era algo normal porque su hija se masturbaba otras veces", apuntó.

La niña, que en la actualidad tiene 13 años, como ella misma dijo, ya no reside en Lanzarote. Describió en su declaración, oculta detrás de un biombo, los supuestos abusos. En una ocasión el procesado le pidió que se desnudase a la vez que cogía un vibrador y se lo ponía en la zona de la vagina y que le agarrase el pene. Varias veces le exhibió películas pornográficas y le decía que se masturbase delante de él. "Una vez accedí porque me decía que eso hacía a mi madre feliz y yo quería que ella fuera feliz", reconoció. En otra ocasión en la que también estaban los dos solos en la casa, le señaló con los dedos dónde estaba el clítoris y, en el dormitorio que compartía con su pareja, aprovechando que esta dormía, le tocó la vagina a la niña.

La menor explicó que le enseñaba fotos pornográficas en el ordenador y que en todas sus declaraciones siempre ha contado "la verdad". Ha recibido 14 sesiones de terapia tras lo sucedido.

Su madre afirmó que fue su hija la que le contó lo ocurrido "sobre abril" de 2014 y que las veces que le preguntó por ello la creyó "absolutamente". Rompió con su pareja al mes siguiente tras haber mantenido una relación sentimental desde finales de 2012. En enero de 2014, constituyó con el acusado una empresa de alquiler de scooters, que abandonó nada más tener conocimiento de los abusos. Sin embargo, el procesado acusó a su expareja de robarle la sociedad y de actuar en venganza contra él.

El padre de la niña notó un comportamiento extraño en su hija cuando la veía dos veces por semana y se lo comunicó a su madre. "Era muy tranquila y en ese momento estaba hiperactiva", precisó. También comparecieron como testigos una examiga de la madre y extrabajadora de la empresa y la actual mujer del acusado. El juicio se reanudará mañana.