Año 1982. Los trabajadores de los hoteles San Antonio y Fariones, los dos establecimientos turísticos más antiguos de Lanzarote, convocan la primera huelga del sector turístico de la isla para reivindicar mejoras salariales. "Viramos hasta un coche de policía y todavía no olvido cuando el jefe de la policía me puso la pistola en el pecho", recordaba ayer Julián Andueza, que formaba parte del comité de empresa del hotel San Antonio.

El salón de actos del edificio sindical de Arrecife acogía ayer el homenaje, organizado por CC OO, a los pioneros del movimiento obrero de la isla, unos trabajadores que se reunían en la clandestinidad para no ser detenidos. "Eran unos valientes, comprometidos con la lucha obrera y que se enfrentaron a la dictadura", señala la secretaria general de CC OO en Lanzarote, Vanessa Frahija. "Nos escondíamos de la Guardia Civil", relataba otro de los históricos de CC OO, Ismael Martín.

El origen del movimiento obrero en Lanzarote está vinculado a las industrias conserveras, el primer gran motor económico de la isla en el siglo XX. Aunque de las conserveras solo quedan ya sus instalaciones abandonadas y derruidas, el testimonio de los hombres y mujeres que lucharon por mejorar las condiciones laborales aún se mantiene intacto.

Unión

"Empecé a trabajar con 13 años en la Rocar, con horarios de seis de la madrugada a doce de la noche. Así que vimos que teníamos que luchar y unirnos para salir adelante", relata Paqui Nolasco. Reivindicaciones que culminaron con la primera gran huelga que tuvo lugar en Lanzarote. "Estuvimos encerrados 15 días en la conservera Ojeda hasta que los dueños de las industrias se sentaron a negociar", rememora Marcial Viñoly.

Fue esta una época en la que la solidaridad de la sociedad lanzaroteña con el sector pesquero era unánime. "Los comercios venían a traernos la comida durante el encierro", destaca Viñoly. "La vida de Lanzarote eran las conserveras y es una lástima que se hayan perdido", confiesa Ana María Betancort otra de las trabajadores de Ojeda, quien se lamenta de que ahora se hayan perdido muchos de los derechos conseguidos durante años. "Después de estar 42 años trabajando, ahora he decidido ser delegada sindical en mi empresa porque se necesita seguir luchando", afirma.

Ismael Martín, que fue trabajador de Supermercados Hermanos Guerra (la primera gran cadena de supermercados de Lanzarote aunque ya desaparecida) fue uno de los líderes de la huelga de los comercios de alimentación pocos años después de la muerte de Franco. "Cerramos los supermercados de la isla durante seis días y logramos firmar el primer convenio de toda España para el sector de la alimentación", afirma.

Este ejemplo de lucha sindical es para los pioneros del movimiento obrero más necesaria hoy que nunca. "Antes asumíamos que nuestros hijos iban a vivir mejor, pero eso ya se ha roto", señala el que fuera secretario general de UGT, Orlando Suárez. "El sistema ha dormido a los jóvenes, están atontados", asegura Ismael Martín. "En hostelería las condiciones laborales están ahora peor que antes", se lamenta Julián Andueza.

"El sindicalismo no se hace dentro de las oficinas sino en las calles y en las empresas", añade Viñoly que cree también que es necesario que la juventud se implique. "Los jóvenes están muy pasotas". En esta misma línea, la secretaria de Finanzas de la Confederación Sindical de CC OO, María Cardeñosa, destaca que los jóvenes tienen que saber que "los derechos no se heredan sino que se conquistan". Asimismo, la secretaria general de CC OO insiste en que la unidad de la clase trabajadora "es la fórmula para lograr la justicia social".

En el homenaje se recordó al ya fallecido José Domingo Hernández, el primer secretario general de CC OO en la isla, y de manera especial a la trayectoria de Ramón Pérez Farray, exsecretario general de Comisiones y una de las figuras más destacadas del sindicalismo lanzaroteño. Y es que Ramón Pérez, a sus 70 años, mantiene que seguirá luchando contra las injusticias. "La lucha obrera es permanente nunca termina", sentencia Pérez.