Portugal inicia hoy en Lanzarote, su gran homenaje a la figura del escritor José Saramago (1922-2010), que el 8 de octubre de 1998 se convertía en el primero y hasta ahora único, Premio Nobel de Literatura en portugués. Para celebrar este acontecimiento, la Fundación José Saramago, presidida por su mujer, Pilar del Río, el Gobierno de Portugal y diversas entidades públicas y privadas de España, Portugal y Brasil han organizado múltiples actividades culturales que arrancan hoy en la biblioteca de la que fue su vivienda en Tías, desde que en 1993 fijara su residencia en Lanzarote tras la censura que sufrió en su país su libro El Evangelio según Jesucristo por parte del gobierno de Cavaco Silva.

El presidente de Canarias, Fernando Clavijo era el encargado de recibir anoche en el aeropuerto de Lanzarote, Antonio Costa. Posteriormente, aterrizaba el avión del presidente español, Pedro Sánchez que era recibido por la delegada del Gobierno en Canarias, Elena Máñez.

La primera gran cita reunirá en Lanzarote al primer ministro portugués, Antonio Costa y al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez en el acto central en la biblioteca de 'A Casa', la vivienda del escritor que se ha convertido en un lugar de peregrinación para sus miles de seguidores. A las 11.30 horas, está previsto que ambos mandatarios pronuncien sus discursos oficiales y en el que también estarán presentes el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo y el presidente del Cabildo lanzaroteño, Pedro San Ginés. Un homenaje al que acudirán, además, la hija y nieta de Saramago.

Bajo el título 'Los lugares de Saramago', el presidente portugués rinde tributo a las tres localidades que marcaron la vida del autor del Ensayo sobre la ceguera. Tras su estancia hoy en Lanzarote, Antonio Costa se desplaza mañana domingo a Azinhaga do Ribatejo,, el pueblo natal de Saramago a unos cien kilómetros al norte de Lisboa, donde se prepara una fiesta popular que incluirá música y lectura de poemas. Fue precisamente en esta localidad de apenas 2.000 habitantes donde presentaba en el año 2006, coincidiendo con su 84 cumpleaños, su libro Las pequeñas memorias en un acto en el que se dieron cita casi la totalidad de sus habitantes.

Entre los días 8 y 10 de octubre, en la localidad de Coimbra, situada en el centro de Portugal y que en su día fue la capital del país, tendrá lugar el Congreso Internacional "José Saramago: 20 años con el Premio Nobel", coordinado por el profesor Carlos Reis, que cuenta con seis decenas de comunicaciones y más de 300 participantes. En el primer día del Congreso se presentará el libro Último Cuaderno de Lanzarote, el cuaderno del año del Nobel (edición de Porto Editora), inédito de José Saramago.

Un libro sobre las reflexiones del autor tras recibir el máximo galardón de las letras en el que se recogen sus pensamientos, apuntes sobre las entrevistas que concedió e incluso sus rituales diarios. Y es que a partir de ese momento la vida del escritor dio un giro radical, con actos por todo el mundo.

"Recibo invitaciones para todo cuanto pueda imaginarse. No invento nada. Congreso sobre bien- vivir, bien-morir, me invitan para ir allá. Congreso de psicoanalistas en Jerusalén, congreso de economistas preocupados por el futuro, me invitan a ir allá, con la idea de que el Premio Nobel tiene respuesta para todo. Pobrecito. Lo que sucede es que hay una especie de superstición según la cual es como si el Premio Nobel, de repente, representase una beatificación. No se sabe muy bien por qué. Como si a partir de ese momento, la ciencia o el conocimiento que cada uno tiene se subiese multiplicado, abarcarse toda las materias del universo. ¡Porque se supone que sale por la boca del Nobel y es casi palabra divina", aseguraba Saramago durante la celebración en 1999 de la Bienal Internacional del Libro de Río de Janeiro (Brasil).

Este libro inédito será presentado en Lisboa el 12 de octubre, el mismo día en que la Biblioteca Nacional de Portugal inaugura la exposición documental dedicado a José Saramago. En esta sesión será también la presentación del libro Un país levantado en alegría, del escritor brasileño Ricardo Viel, que cuenta los bastidores de los días que precedieron y que siguieron al anuncio del Premio.

El 15 de diciembre, concluyendo las conmemoraciones, el Gran Auditorio de la Culturgest en Lisboa será el escenario del estreno mundial de la sinfonía Memorial, compuesta por Antonio Pinho Vargas, basada en tres romances de José Saramago y en honor a la celebración también de los 70 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

La Fundación Saramago recuerda que tres días después de recibir el Premio Nobel en la Academia Sueca, concretamente el 10 de diciembre de 1988 , la Declaración Universal de los Derechos Humanos cumplía medio siglo de existencia. Saramago estaba en el Palacio de Conciertos de Estocolmo para recibir la medalla del Premio Nobel de Literatura. En el brindis de la cena oficial, el escritor recordó el aniversario de la carta de los derechos humanos e hizo un llamamiento a los ciudadanos del mundo: "Con la misma vehemencia con que reivindicamos los derechos, reivindiquemos también el deber de nuestros deberes. Tal vez así el mundo pueda ser un poco mejor", dijo.

Las heridas entre Saramago y Portugal se fueron cerrando poco a poco tras la dura experiencia personal sufrida a raíz de la publicación del Evangelio según Jesucristo. Y la obtención del Nobel de Literatura fue, sin duda, una oportunidad para la reconciliación. Un premio que, según el propio autor, dio tal alegría sus compatriotas que éstos crecieron tres centímetros. "Todos nos sentimos más altos, más fuertes, incluso más guapos", dijo hace una década Saramago (1922-2010) para explicar los efectos que su premio tuvo en el país de la "saudade".

La programación incluye en el Museo del Estado de Pará de Brasil la apertura de la exposición 'Saramago, los puntos y la vista'. Además, están programados otros eventos en Oporto y Lisboa que abordarán aspectos más concretos de su obra, caracterizada por una narrativa desgarrada y reflexiva y referente de una moral de compromiso ante un mundo que le despertaba escasas esperanzas.

"¿Continúa con esta visión pesimista de la humanidad?", le preguntaron en una entrevista en 2008, a propósito de la publicación de "El viaje del elefante". "¿Cómo se puede ser optimista cuando todo eso es un tendedero de sangre y lágrimas? Ni siquiera vale la pena que nos amenacen con el infierno, porque ya lo tenemos. El infierno es esto", respondió.