Tres buzos se sumergen una y otra vez a unos diez metros de la costa de Los Ancones, en la localidad de Costa Teguise, situada a pocos kilómetros de la vivienda en la que fallecía la joven paraguaya Romina Celeste Núñez en la madrugada del fin de año. Sin embargo, tras más de cinco horas de intensa búsqueda los agentes, que están apoyados por una zodiac y la patrullera de la Guardia Civil con sede en Fuerteventura regresan al puerto deportivo Marina Lanzarote en Arrecife.

"Buscamos bolsas pequeñas", comentan entre ellos los buzos del Grupo de Especialistas de Actividades Subacuáticas (Geas), mientras establecen bajo el mar un perímetros de búsqueda. Desde la costa se les oye hablar entre ellos cuando salen a la superficie.

El lunes la operación se repetía también sin éxito en el sur de la isla, concretamente en la zona de Los Hervideros (Yaiza). Una operación que también cuenta con la ayuda desde el aire del helicóptero de la Guardia Civil y que volverá a realizarse este miércoles. Y es que la aparición de los restos de la joven es prioritaria y clave para el caso. Son lugares rocosos, en los que el oleaje es muy fuerte y el mar arrastra todo lo que encuentra a su paso y que podría haber desplazado las bolsas a bastantes millas de la costa.

La esperanza de los buzos es que algunas de las bolsas en las que presuntamente se encontrarían los restos de Romina se hayan quedados enganchados a alguna roca.

La investigación la dirige el equipo de Personas y Homicidios de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Las Palmas, apoyada por el Equipo Central de Inspección Ocular de Criminalística y por un perro especializado en la localización de restos humanos del Servicio Cinológico de la Guardia Civil. Un perro ayer estaba en la escena de la desaparición, aunque no ha trascendido si ha encontrado indicios.