"No puedo caminar, estoy golpeada por todos lados. Y esta casi me mata. La siguiente no creo que lo cuente". Este es el desgarrador mensaje que la joven paraguaya Romina Núñez Rodríguez enviaba el pasado 29 de diciembre (dos días antes de su desaparición) a una amiga a través de wasshap describiendo la paliza que presuntamente le había dado su marido, Raúl Díaz. Un mensaje que está en poder de la Guardia Civil y que permitió a la magistrada del juzgado de Violencia de Violencia sobre la Mujer de Arrecife acordar el ingreso de Raúl Díaz en la cárcel de Tahíche por la presunta comisión de los delitos de maltrato habitual y homicidio o asesinato.

Los investigadores tienen constatado que Romina Celeste Núñez había acudido dos días antes de su desaparición al servicio de urgencias del hospital José Molina Orosa de Arrecife por las heridas que presuntamente la había propinado su marido. Sin embargo, lo cierto es que nunca llegó a ser atendida porque decidió irse antes.

Las cámaras de seguridad del hospital serán claves para verificar que Romina Núñez estuvo en el centro a pesar de no ser atendida así como las pesquisas llevadas a cabo por la Guardia Civil para encontrar testigos. De hecho, se trabaja con las declaraciones de una trabajadora del hospital que podría haber hablado con la víctima ese día.

"No puedo caminar. Estoy golpeada por todos lados. Yo creo que esta vez tengo que parar esto. Y esta casi me mata. La siguiente no creo que lo cuente". Este mensaje difundido por la agencia Atlas revela que no era la primera vez que Romina Núñez sufría malos tratos. De hecho, la Guardia Civil también cuenta con la denuncia que la joven de 28 años presentó ante la Policía Nacional de Arrecife varios días antes de la boda por lo civil el pasado 10 de agosto. Aunque de nuevo, decidía dar marcha atrás y no seguir con la denuncia contra el que iba a ser su esposo.

Las distintas versiones aportadas por el ingeniero de 44 años sobre la desaparición de su esposa han caído por su propio peso. De hecho, su primer testimonio cuando presentó la denuncia el ocho de enero aludiendo a una posible huida voluntaria de su mujer fue tan poco creíble que la Guardia Civil montaba sobre la marcha un servicio de seguimiento para tratar de esclarecer el caso.

Las investigaciones se han topado por la negativa del detenido a aportar datos concretos sobre la localización del cuerpo de su mujer y sobre todo por los intentos de borrar cualquier tipo de rastro que pudiera quedar de ella en la vivienda. Díaz habría confesado que intentó quemar el cuerpo en una barbacoa situada en la parte trasera de la vivienda antes de arrojar sus restos al mar.

La versión que tiró sus restos al mar en varias bolsas pero sin determinar los lugares exactos está llevando al equipo de Personas y Homicidios de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Las Palmas ha explorar nuevas vías de trabajo. Una investigación que continuará los próximos días.