La reconstrucción de los hechos llevada a cabo por Raúl Díaz el pasado 2 de febrero, recogida en el sumario al que ha tenido acceso LA PROVINCIA/DLP, destaca que el marido de Romina Núñez eligió la zona de Los Ancones y Los Hervideros para deshacerse del cuerpo de su pareja porque eran los lugares de la costa lanzaroteña preferidos por su esposa. Una reconstrucción en la que el ingeniero madrileño lanzó un beso al mar en el momento en el que simulaba cómo arrojó las bolsas en Los Hervideros. La Guardia Civil continúa investigando para saber si eso fue realmente lo que sucedió.

Raúl Díaz, que se encuentra en prisión por los presuntos delitos de malos tratos continuados y la muerte de su esposa, Romina Núñez, aseguró durante la reconstrucción de los hechos que eligió la zona de Los Ancones en Costa Teguise y Los Hervideros en Yaiza para arrojar las distintas partes del cuerpo de su pareja porque eran los lugares de la costa lanzaroteña que más le gustaban a su mujer. Una reconstrucción en la que dio su versión de cómo se deshizo del cadáver, que previamente había quemado en una barbacoa de gas en la parte trasera de su vivienda.

Tras reconstruir la forma en que se deshizo del cuerpo en Los Ancones la comitiva judicial y policial se desplazaba hasta Los Hervideros, una de las zonas turísticas más visitadas de Lanzarote en la que existe un aparcamiento y caminos de acceso a distintos miradores para ver como el mar rompe contra las rocas.

Según su versión, era pasada la una de la madrugada cuando llegó a Los Hervideros para arrojar las últimas partes del cuerpo de Romina y la parrilla utilizada. Era un solo bulto con bolsas amarillas que debía pesar entre los 25 y 30 kilos. "Que la lanzó al mar y oyó el golpe cuando cayó al agua, que al reproducir como tiró los restos al agua lanza un beso", se puede leer en el escrito sobre la reconstrucción de los hechos contenido en el sumario al que ha tenido acceso LA PROVINCIA/DLP.

Tras salir de Los Hervideros se dirigió, siempre según su versión, a la zona de Los Lirios en Tías donde tiró en un contenedor las bolsas y la ropa utilizada. Asimismo, contó que se cambió de ropa y zapatillas dentro del coche y que debía ser las dos de la madrugada. "Que las zapatillas no las había usado esos días y solo se las puso en el coche porque la casa no estaba todavía limpia. Y que no usó esas zapatillas para limpiar", se recoge en el sumario.

No obstante, el primer lugar en el que arrojó el cuerpo de su mujer fue en Los Ancones, tras alquilar el día 3 un coche. Según la Guardia Civil durante los apenas cinco días en los que tuvo ese coche recorrió más de 1.300 kilómetros, se cree para buscar los lugares más adecuados para el plan ideado para borrar cualquier pista del paradero de Romina.

Los investigadores de la Guardia Civil siguen recopilando pruebas para determinar qué fue exactamente lo que hizo Raúl con el cuerpo de Romina, dado que hay varias partes de su declaración que no encajan. De hecho, las inmersiones realizadas por los buzos del Grupo de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil tanto en Los Ancones como en Los Hervideros han dado resultados negativos.

Volviendo al relato ofrecido durante la reconstrucción, fue en la madrugada del 3 de enero cuando se dirigió a la zona de Los Ancones, que se accede por una carretera de tierra, con dos sacos enteros, en los que se encontraban las bolsas con restos orgánicos, muchos de ellos prácticamente calcinados.

"Saco las bolsas del maletero y las bajo hasta la zona de la roca y vacío las bolsas poco a poco", señala Raúl que aseguró que se hizo una herida en la mano en una caída cuando bajaba por las rocas a oscuras. "Que no había luz pero sus ojos se acostumbraron a la oscuridad, que no recuerda cuánto tiempo tardo en tirar los restos", señala el auto de la reconstrucción.

Fue precisamente a menos de dos kilómetros de esa zona donde se encontró un trozo del pulmón que los análisis preliminares verifican que son de Romina.