"Si el hospital hubiese dado la voz de alarma hoy Romina probablemente estaría viva", Emilia Zaballos, la abogada de la familia de Romina Núñez fue contundente ayer al cuestionar la labor del hospital Dr. Molina Orosa cuando la joven acudía al servicio de urgencias tras haber sido agredida por su marido, Raúl Díaz en la madrugada del 29 de diciembre.

A juicio de Zaballos, el hospital de Lanzarote tendría que haber dado la voz de alarma cuando comprobaron que Romina se había ido sin ser atendida de las lesiones. Y es que la joven paraguaya abandona el hospital después de que su marido la fuera a buscar en coche y tras convencerla previamente en una llamada de teléfono de más de 15 minutos.

"¿Cómo una persona va al centro, muestra los hematomas, dice que le ha pegado su marido, le dicen siéntese, le van a llamar, desaparece y no se da la voz de alarma?.Y encima, varias horas después dicen alta por fuga. Aquí hay algo que no cuadra. La Justicia existe, ¿pero el sistema funciona?, aseguró Zaballos. La abogada manifestó que en un principio la familia no iba a emprender acciones judiciales contra el Servicio Canario de Salud. "Otra guerra más no", indicó a los periodistas.

Por su parte, la madre de Romina rogó al centro hospitalario de Arrecife que "cuando llegue una persona así, que le presten más atención, que se le dé atención inmediata, que no pase lo que le pasó a mi hija".

Según la investigación está acreditado que Romina llegó al servicio de urgencias a las seis y media de la madrugada del 29 de diciembre. A pesar de que una enfermera habló con ella y le enseñó los moratones de la mano, nunca llegó a ser atendida por un médico. A las 10.30 horas, se le llamó por última vez sin que se comunicara al 112.