Consenso. Esta es la palabra que definirá la futura composición del pleno del nuevo Consejo Regulador de la denominación de origen protegida de vinos de Lanzarote después de alcanzarse un acuerdo entre las bodegas y los viticultores tras finalizar ayer el plazo de presentación de candidaturas para la elección de los vocales representativos de los sectores vitícola y vinícola.
Tanto los bodegueros como los viticultores han presentado candidaturas únicas que hará que no se celebren elecciones para conformar el nuevo consejero regulador. Unas planchas que además están prácticamente conformadas por los actuales miembros del pleno.
La candidatura de los viticultores (formada por cuatro miembros y 4 suplentes y que debe estar avalada con las firmas de, al menos, el 3% de los electores) está formada por el actual presidente del Consejo Regulador, Rafael Morales, Rubén Acosta (vicepresidente y tesorero), Teodoro Camacho y Mónica Romero, ambos actuales vocales. Como suplentes están: Francisco Morales, José Domingo Spínola, José Antonio Rodríguez y José Miguel Hernández.
En cuanto a las bodegas la candidatura está integrada por Vulcano, El Grifo, Rubicón y Malpaís de Máguez. Entre las bodegas suplentes están: Guiguan, la Florida, Martinón y Tierra de Volcanes. En el actual consejo están como vocales El Grifo y Malpaís de Máguez.
Una vez que se verifique que todas las candidaturas han cumplido con las bases de las elecciones y oficialmente se declaren como planchas únicas, será el director del Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria quien proceda al nombramiento de sus integrantes como vocales, mediante resolución que se publicará en el Boletín Oficial de Canarias (BOC). Un consejo que tendrá cuatro años de vigencia.
Fermín Otamendi, copropietario de El Grifo, destaca la buena sintonía que ha existido en el Consejo Regulador en los últimos años entre viticultores y bodegueros lo que ha propiciado este consenso. "Ha existido mucha concordia y el consejo ha funcionado bien', resalta.
No obstante, Otamendi asegura que hay que seguir batallando para que lleguen más ayudas europeas (fundamentalmente del Posei) a los viticultores. "La falta de agua y la baja productividad por las características de los viñedos de la isla hace que el sector se sienta discriminado por las ayudas que recibe por hectárea", indica el bodeguero.
Otro de los retos del sector es mejorar la comercialización del vino lanzaroteño por lo que se reclamada un mayor respaldo de las instituciones en la promoción exterior. Ricardo Socas, propietario de la bodega Malpaís de Máguez señala que otro de los objetivos es seguir mejorando la calidad del vino de Lanzarote y sobre todo evitar que "se malvenda porque nuestro vino ya nace caro", afirma.
Socas señala el elevado coste que tienen que afrontar fundamentalmente las bodegas pequeñas para sacar sus vinos fuera de Lanzarote. Casi la mitad del vino que se produce en la isla se vende en Lanzarote.
Por su parte, Rubén Acosta, actual vicepresidente, señala que la decisión de los viticultores de repetir con la misma candidatura que hace cuatro años se debe a la necesidad de dar "estabilidad al sector", al mismo tiempo que apuesta por la modernización de esta corporación.
