“El primer día de vacaciones ya habíamos tenido suficiente ruido y las chicas no se sentían cómodas porque aseguraban los trabajadores las miraban fijamente”, estas son algunas de las quejes de la familia Reeves de su experiencia que vivieron hace unos días en Lanzarote, donde decidieron pasar unos días de vacaciones, según ha informado The Daily Mail.

Según el medio británico, la familia viajó a la Isla a régimen de todo incluido.

Sin embargo, nada más llegar al alojamiento se percataron de la cantidad de zonas cercanas a la piscina que se encontraban en obras, lo que suponía un continuo y molesto ruido de taladros, sierras y cortadoras.

La familia decidió pasar el resto de sus frustradas vacacione en la playa, sin poder hacer uso del servicio de todo incluido que había contratado. “Nos costó una fortuna”, reconocen.

Finalmente, decidieron presentar una queja al turoperador por la bochornosa situación y, a cambio, les ofrecieron un servicio privilegiado que, tal y como manifiestan, “solo era agua y chocolates por la noche”. “Nos ofrecieron 250 libras de compensación o 350 de descuento en una futura estancia. Fue un insulto”, aseguran.