La banda colombiana Morat se subió anoche por primera vez a un escenario en Lanzarote y lo hizo a lo grande en la playa de El Reducto disparando canciones en la única parada canaria de su gira Balas Perdidas Tour, que da nombre a su segundo álbum de estudio.

La hora y media de concierto ante miles de personas en el principal arenal de Arrecife fue la antesala a la exhibición de fuegos artificiales que cerró las fiestas de San Ginés de este año.

Los componentes del grupo, Juan Pablo Villamil, los hermanos Martín y Simón Vargas y Juan Pablo Isaza, repartieron más de 1 1 Besos, Besos en guerra, se confesaron con Mi nuevo vicio, la letra que escribieron para la mejicana Paulina Rubio, enseñaron cómo Aprender a quererte, repartieron Amor con hielo en una noche con viento y a la espera de Mil tormentas en Arrecife, y preguntaron Cómo te atreves, uno de sus grandes éxitos. Y por supuesto, apuntaron a los corazones del público con sus Balas perdidas y le cantaron al público, en su inmensa mayoría jóvenes, Yo no merezco volver al filo de la despedida. Cada tema tiene su historia y eso fue lo que le contaron a sus seguidores antes de cada interpretación.

"Hace mucho tiempo que no venimos a las Islas Canarias. Muchas gracias por recibirnos en Arrecife", afirmaron al poco de empezar el recital.

Horas antes del concierto ya había seguidores de Morat en El Reducto. Juan Tavío y Mariola García esperaban la salida a escena de su grupo favorito desde la seis de la tarde tras llegar de Fuerteventura. Junto a ellos, Matías Lejerica y Salvador Mendieta, de Tenerife, coreaban todas las canciones de Morat de memoria.

La colombiana Elica Lerma, acudió a conocer a sus compatriotas con su marido, el ecuatoriano Pablo Fernández. Elica lleva 18 años en Lanzarote y "nunca había escuchado nada de Morat".

En la playlist del joven grancanario afincado en Lanzarote Nahuel Jiménez no faltan las canciones de Morat, pero supo "hace poco que el grupo se llamaba así". Las letras, explicó, "me ayudan a reflexionar y, sobre todo, me inspiran para escribir poemas". Para su amigo Eley Ruiz, "las letras son muy románticas, no son machistas y tienen ritmos diferentes", comentó pocos minutos antes del concierto.

El grupo de amigos que se reunía en la finca La Morat a las afueras de Bogotá a rasgar el bajo, el banjo y las guitarras compartió la fiesta hasta casi las once de la noche, cuando se apagaron las luces de la avenida marítima para disfrutar del espectáculo en el cielo con los cerca de 400 kilos de Pirotecnia Isla del Fuego.

En esta ocasión no hubo explosión en el mar debido a la prohibición para realizar ese tipo de actividades en toda la marina de Arrecife tras aprobar el pleno municipal el pasado año un acuerdo en ese sentido a petición del colectivo Valonia y el Club de Actividades Pastinaca. El espectáculo duró 13 minutos. La fiesta siguió con parrandas en el Parque Marítimo.