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Tres pilares frente al cáncer

Las emociones, la nutrición y el deporte son claves para prevenir la enfermedad y mejorar la vida de los pacientes y sus familias l Unas jornadas divulgan sus beneficios

Tres pilares frente al cáncer

Las emociones, la nutrición y el deporte, las tres claves de la prevención y mejora de la calidad de vida de los pacientes con cáncer y sus familiares, centraron ayer la primera jornada formativa END Cáncer, que se celebró en el hotel Meliá Salinas, en Costa Teguise, uno de los patrocinadores de este evento. La Asociación Social TriRosas, que presta apoyo a pacientes que sufren la enfermedad y a sus familiares, organizó esta acción divulgativa dentro de su proyecto Energía Vital para Pacientes Oncológicos, la cual atrajo a cerca de un centenar de participantes, la mayoría de ellos de Lanzarote.

La coordinadora de TriRosas y máster coach especialista en inteligencia emocional, Paloma Fernández, fue una de las ponentes. Destacó la importancia de gestionar las emociones en cualquier ámbito de nuestra vida, aunque reconoció que en el caso de los pacientes oncológicos "las emociones se disparan durante el periodo de la enfermedad y también en los familiares que quieren ayudar y apoyar", pero estos últimos "también tienen sus miedos y no saben cómo hacerlo".

A diario, precisó Fernández, "por la educación que hemos recibido nos han enseñado a esconder, camuflar o ignorar nuestras emociones, sobre todo las incómodas". Y en relación a "las cómodas, las buenas, dijo la coach, "lo que nos enseñan es a bajar la intensidad". Se preguntó "cuántas veces nos han dicho no te alegres mucho que después de una cosa buena viene una cosa mala". Esta situación implica, según la experta, que "no nos permitimos vivir las emociones positivas y disfrutar de ellas, mientras que las emociones negativas, que están ahí para traernos un mensaje, las ignoramos".

Fernández subrayó que "durante el periodo de la enfermedad tenemos que emplear nuestra energía en recuperarnos y ahí las emociones juegan un papel fundamental". No obstante, en palabras de Fernández, "no se trata de decir tengo miedo, pero no tengo que tenerlo y voy a ser valiente".

Hay que ser conscientes de que "el miedo está ahí, nos trae un mensaje. Y si somos capaces de tomarlo y aprovecharlo como impulso para ir para adelante, las emociones son maravillosas para ayudarnos en todas las fases de nuestra vida y en la fase de la enfermedad todavía más", aseveró Fernández.

Efectos secundarios

La doctora de Familia Odile Fernández, autora del best seller Mis recetas anticáncer y superviviente de un cáncer de ovarios, hizo hincapié en la utilidad de la buena alimentación para prevenir la enfermedad y durante su tratamiento, así como una ayuda para disminuir o paliar los efectos secundarios de la medicación.Una recomendación que extiende para mejorar la calidad de vida del enfermo y aumentar la eficacia de los tratamientos médicos.

La doctora Fernández aúna su experiencia personal con la evidencia científica. Aconseja tanto para la prevención como para el tratamiento "seguir la dieta mediterránea, una dieta basada en plantas en la que predomine el mundo vegetal y se limiten los ultraprocesados, el azúcar, la carne y el alcohol". Como siguientes pilares apunta "el ejercicio físico adaptado a las posibilidades de cada persona, un estilo de vida saludable, incluida la cosmética, y el cuidado de la mente y las emociones, rodearnos de personas que nos hagan felices y tener el apoyo de familiares y amigos y controlar las emociones". Todos esos elementos reducen las posibilidades de padecer cáncer, aseveró la médico, a la vez que admitió que "el cáncer es una lotería y cuanto menos probabilidades existan, mejor".

El preparador físico especialista en ejercicio físico y cáncer, Mario Redondo, insistió en que la actividad en el paciente oncológico "no solo mejora su calidad de vida, sino que también reduce efectos secundarios que comprometen la supervivencia, como el hecho de intentar mitigar la pérdida de hueso y una fractura por fragilidad producida por una osteoporosis de la medicación, los tratamientos y la enfermedad, y a la vez disminuye la pérdida degenerativa de masa muscular y fuerza (sarcopenia)". Con el deporte, continuó Redondo, y ahí está "la clave", también se reduce la toxicidad del tratamiento, se mejora su eficacia y aumenta la superviviencia.

La doctora en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y responsable de la Unidad de Ejercicio Físico Oncológico de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en Madrid, Soraya Casla, explicó que si en el caso de los pacientes obesos el ejercicio físico es fundamental, también lo es en los pacientes con cáncer. El mantenimiento del tono muscular contrarresta la debilidad ocasionada por la enfermedad y resta la ganancia de grasa. La falta de movimiento provoca un desequilibro de la composición corporal, tiene efectos en la producción de energía y un impacto en el tejido cardiaco, que puede derivar en una enfermedad cardiovascular.

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