El robo de 100.000 euros y varias joyas familiares, el pasado mes de agosto, que estaban guardados en una caja fuerte situada en una vivienda de La Graciosa en la que la naviera Líneas Marítimas Romero dejaba la recaudación del día, no ha hecho sino aumentar la sensación de inseguridad entre los vecinos y los negocios de la octava isla canaria. La Guardia Civil continúa con la investigación para tratar de esclarecer los hechos de un suceso que, por suerte, no es habitual en esa isla.

Si el pasado viernes el alcalde de Teguise, Oswaldo Betancort, y la concejala delegada para La Graciosa, Alicia Páez, reclamaron al delegado del Gobierno en Canarias, Juan Salvador León, mayor presencia de la Guardia Civil, ayer lo hicieron los empresarios a través de la Cámara de Comercio de Lanzarote y La Graciosa, institución que pide una dotación permanente de ese cuerpo.

"Las cifras de ocupación se han disparado en los últimos meses y cada vez se celebran más eventos que atraen público de otras islas. El escenario ideal para cometer delitos en un lugar sin presencia policial aprovechando la confusión", advierte la Cámara. Aunque reconoce que "las labores de inteligencia que desarrollan los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado son igualmente importantes, sin embargo, contar con agentes presentes tiene una función disuasoria para los potenciales delincuentes, ya que permite atender en el acto cualquier incidente". En la actualidad hay que esperar a que los agentes se trasladen desde Lanzarote hasta la octava isla. "Una fórmula a todas luces ineficiente, máxime si hablamos de un territorio insular con tantas posibilidades de huida", apunta la Cámara.

Fuentes de la Benemérita aclararon la pasada jornada que "no tenemos La Graciosa desatendida y prestamos servicios en función del potencial que tenemos con el Servicio Marítimo Provincial, el Seprona y el helicóptero y atendemos los requerimientos que se realizan". Admitieron que la insularidad es "un inconveniente y, por eso, a lo mejor no tenemos tanta presencia, pero en ningún caso está desatendida". Desde el cuerpo informaron además de que "se realizan controles preventivos en Órzola de las embarcaciones que salen hacia La Graciosa y las que regresan a Lanzarote".

Simeón Páez es el único policía local del Ayuntamiento de Teguise en La Graciosa desde 1995, territorio en el que están censados unos 700 residentes y recibe unos 25.000 turistas al año.

Durante el verano la población llega "casi a cuadruplicarse y es durante las fiestas del Carmen, en julio, cuando mandan refuerzo con policías locales, la Policía Canaria y la Guardia Civil", aseveró.

En los días que libra, y siempre que haya agentes disponibles, un compañero se desplaza desde Teguise hasta La Graciosa y presta sus servicios en un turno que no va más allá de las tres de la tarde. Añadió que "hay días en los que no hay nadie en el servicio ordinario en La Graciosa porque tienen que atender el resto del municipio".

En 2010 se inauguró el puesto permanente de la Guardia Civil en unas dependencias que cedió el Ayuntamiento de Teguise. "Estaban tres veces por semana, lunes, miércoles y viernes, para tramitar diligencias de los vecinos y realizar labores de seguridad ciudadana y el sábado se dedicaban a esto último y se iban el domingo", recordó Páez. Esa situación se extendió hasta hace dos años.

"La Graciosa ya no es la isla de los años ochenta, sino un destino turístico que reclama seguridad. Se terminó el dejar la puerta abierta de tu casa, cosa que ocurre no a raíz del robo que tuvo lugar el pasado verano sino desde mucho antes, cuando la isla se empezó a masificar por el turismo", dijo Páez, "pues el ladrón puede vestir traje y corbata o andar en sandalias".