El Ministerio Fiscal retira los cuatros años de prisión que solicitaba para la sargento del Seprona Gloria Moreno al modificar el tipo de delito por el que la imputa, de una supuesta falsedad en documento público pasa a imprudencia grave. Un cambio que anunció este lunes nada más comenzar la vista contra la guardia civil en la Audiencia Provincial de Las Palmas. La Fiscalía sigue pidiendo una multa de 12 meses con una cuota diaria de 10 euros y rebaja la inhabilitación especial para empleo o cargo público por un tiempo de tres a un año.

La Fiscal considera ahora que la sargento, si bien no cometió el delito de falsedad por el que se la juzga en su máxima expresión, no realizó ninguna comprobación ni aportó "datos objetivos" sobre las sospechas que tenía con respecto a su subordinado, quien atiende a las iniciales de M. A. P. O. Este agente de la Guardia Civil, supuestamente, dio un chivatazo a un presunto cazador furtivo de pardelas cenicienta ante un servicio inminente del Deprona en el islote de Alegranza en el verano de 2013.

Los hechos que se le achacan se remontan a noviembre del 2015, momento en el que redactó un informe dirigido al capitán jefe de la Guardia Civil de Costa Teguise. Documento en el que solicitaba iniciar una investigación contra su compañero de su destacamento a causa del supuesto chivatazo dos años antes, cuando Moreno todavía no había sido destinada a Lanzarote.

La sargento comparecerá previsiblemente este martes, en la segunda sesión de la vista, pues la Fiscalía solicitó que esta se realizara al final del procedimiento. En su lugar, la primera jornada del juicio en su contra la abrió su compañero. "No he avisado nunca a nadie a lo largo de mi vida profesional", señaló el agente, quien lleva en la Isla desde 1992. Este aseguró ante los magistrados que el objetivo de la querella contra Moreno es "limpiar su nombre", pues entiende que todo se debe a una "animadversión personal" contra él y que le quiere "fuera del cuerpo". No obstante, apuntó que la guardia civil "ha ido por ahí diciendo que soy un corrupto".

El capitán del Seprona en la provincia de Las Palmas, contra quien la sargento mantiene una causa, afirmó por su parte que le manifestó su "desconfianza irracional" con respecto al personal del destacamento en la isla. Según declaró en calidad de testigo, la presencia de un supuesto chivato dentro del cuerpo se lo comentó de "forma vaga" en dos ocasiones. Pero, dos días antes de la redacción del informe en cuestión, el cual aseguró que "nunca" le fue remitido, le comentó que tenía una persona que podría corroborar sus acusaciones.

Lo cierto es que Juan Jesús Moreno Rajel, biólogo de Doñana, aseguró por videoconferencia que "en Lanzarote es vox populi, una afirmación que le diría a Moreno en su momento. Pese a esto, negó que le dijera que M. A. P. O. le diera un chivatazo a Juan Carlos González Berriel en 2013, tal y como la sargento reflejó en el documento donde radica la supuesta falsedad, aunque sí apuntó que "un tal Miguelillo solía avisar a un tal Carlitos" sobre las siguientes operaciones de la Benemérita.

Berriel ya ha sido condenado por hacer un asadero con pardelas, un ave protegida, en Alegranza en el verano de 2015, un hecho que descubrió la propia Moreno unos meses antes de redactar el informe contra M. A. P. O. La sargento sospechaba que en 2013 se habrían encontrado con una situación similar de no ser por "el chivatazo", pues el Seprona recibió una alerta de un ecologista sobre cazadores en el islote.

Enrique Jordán, copropietario de Alegranza, suscribió las palabras de una conversación telefónica presentada por las abogadas de Moreno, en la que asegura que el agente de la Benemérita "es un chivato". Declaración que le haría al periodista Sergio Calleja mientras le mostraba "preocupación" por posibles "represalias" de los hermanos González Berriel.