"Sea cual sea el resultado de la sentencia de este tribunal, el perjuicio a la Guardia Civil ya se ha realizado". Estas han sido las últimas palabras de Gloria Moreno, la sargento del Seprona acusada de falsedad en documento público, al terminar hoy la vista de su juicio ante la Audiencia Provincial de Las Palmas. La Fiscalía mantiene dos escritos de acusación en su contra, uno por falsedad dolosa por el que reclama hasta cuatro años de prisión y una penalización de 10 euros diarios durante doce meses; y uno alternativo que presentó nada más comenzar la primera sesión de la vista, en el cual ve tan solo imprudencia grave, y, por lo tanto, se vería reducida la pena solicitada a la multa.

Moreno señaló a lo largo de su declaración que, en todo momento, el informe de noviembre de 2015 fue redactado con la intención de dar a conocer las supuestas irregularidades de uno de sus compañeros en el ejercicio de sus funciones. "Es mi mera obligación de denunciar las posibles faltas de otros agentes", apuntó en su intervención, basándose en el reglamento de la Guardia Civil. "Mi obligación es notificar los hechos o faltas, no investigarlos, es la Policía Judicial quien debe hacerlo", aclaró.

Además, la sargento apuntó que hasta el momento de la redacción del citado informe, su relación con el supuesto perjudicado, quien responde a las iniciales de M. A. P. O., era "muy buena", pues incluso conocía a sus familiares y estos habían estado en su casa. "Le hacía el cuadrante a su capricho", señaló. La Fiscalía, por su parte, argumentó que "la única finalidad [del informe] era perjudicar a su compañero" y que "a sabiendas de que eran falsos los datos, los presentó ante la comandancia de la Guardia Civil de Costa Teguise", subrayó.

En el informe en cuestión, Moreno señalaba que "supuestamente", palabra que recalcó este miércoles en su declaración varias veces, su compañero y subordinado habría dado un chivatazo a una serie de cazadores furtivos de pardelas cenicienta en el islote de Alegranza en el verano de 2013.

A lo largo del juicio han intervenido en calidad de testigos tanto el capitán del Seprona en la provincia de Las Palmas, como Ricardo Arranz, hasta abril coronel jefe de la Guardia Civil en Canarias. Precisamente, Moreno mantiene una causa abierta a ambos por un supuesto abuso de autoridad tras la operación de septiembre de 2015. En dicho servicio logró abrir diligencias contra un grupo de personas que estaban realizando un asadero con pardelas en Alegranza, una causa que ya ha sido juzgada y de la que han salido culpables los hermanos González Berriel.