El Consorcio de Seguridad y Emergencias de Lanzarote ha elaborado un proyecto de legalización de la actividad deportiva del vuelo libre (ala delta y parapente) con el objetivo de regularizar una actividad que en los últimos años se encuentra en auge debido al incremento de practicantes, muchos de los cuales llegan a la isla desde otras partes del mundo y minimizar los efectos significativos sobre el medio ambiente. Una actividad que requiere en algunas zonas de la isla de las autorizaciones de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) por la servidumbre aeronáutica del aeropuerto de Lanzarote y un control a los accesos de los despegues y aterrizajes en áreas de valor ambiental.

El documento del Consorcio asegura que "el aumento de la siniestralidad, la proximidad de las actuales áreas de vuelo a la denominada Región de Tráfico Controlado del aeropuerto de Lanzarote, un acceso descontrolado a las áreas de vuelo (en muchas de las ocasiones se realiza sin hacer uso de las pistas y caminos existentes), el despegue, aterrizaje y aparcamiento de vehículos en parcelas privadas sin los pertinentes permisos de los propietarios y la posible afección que esta práctica puede generar en ciertas zonas de alto valor ambiental", ha originado que se haya propuesto regularizar esta actividad, con el fin de reducir y en la medida de lo posible, acabar, con estos problemas.

Entre los objetivos del proyecto figura el de solicitar a los diferentes organismos e instituciones, las autorizaciones necesarias para la legalización de las áreas de vuelo y negociar los permisos con los propietarios de las parcelas afectadas por las áreas de despegue y aterrizaje, por los espacios habilitados como aparcamientos o por las pistas o caminos de acceso a las áreas, el pertinente permiso para el uso de su propiedad.

De igual forma se persigue definir las áreas de vuelo de Lanzarote que deberán tener en cuenta un espacio habilitado como aparcamiento (se prevé que no se puedan aparcar más de diez vehículos al mismo tiempo) y en aquellas en las que sea necesario, una pista y sendero de acceso), que cumplan con todos los requisitos necesarios para una correcta práctica de esta actividad deportiva.

Según el documento del Consorcio los lugares escogidos deberán ser lo suficientemente amplios como para implantar un área de montaje y desmontaje de equipos y una pista para el de despegue y el aterrizaje que sea amplia, libre de obstáculos y con una inclinación que permita la maniobra que corresponda. Asimismo, en los alrededores de donde se pretenda despegar y aterrizar no deben existir obstáculos elevados.

Para garantizar la seguridad cada uno de los puntos de despegue y aterrizaje se deberá contar con una o más mangas para indicar la dirección y la intensidad del viento, mientras que los accesos, los aparcamientos y las zonas de despegue o aterrizaje, deberán estar acotadas y señalizadas. Además, en todos estos espacios se instalarán una serie de paneles que indiquen información general del ámbito, información técnica y pautas a seguir ante una emergencia.

En el proyecto de legalización se destaca que con el objetivo de prevenir una posible afección de la práctica deportiva a las aves que nidifiquen en algunas de las zonas afectadas por las áreas de vuelo se limitará el número de usuarios (no más de 10 al día, salvo en momentos puntuales) y se prohibirá volar en épocas de reproducción y cría. De igual forma, en un intento de sensibilizar a los usuarios de las características faunísticas de la zona, a través de los clubes de vuelo y demás organismos, se impartirán charlas en las que se explicarán las características intrínsecas de los valores ambientales del entorno, haciendo especial hincapié en la fauna del mismo.

El presidente del Club de Vuelo Libre Zonzamas y delegado de la Federación Canaria de Deportes Aéreos, Plácido Guerra, es consciente de la necesidad de legalizar este deporte sobre todo para evitar accidentes mortales, fundamentalmente, entre los turistas que vienen a la isla a practicar estas disciplinas.

El gerente del Consorcio de Emergencia, Enrique Espinosa, indica que la legalización del vuelo libre debe contar obligatoriamente con el visto bueno de AESA al ser un deporte que puede poner en peligro la seguridad aérea. Desde el Cabildo se pedirá a AESA que agilice los informes pertinentes para poder empezar a actuar en cada una de las zonas.