"Se me ocurrió pensar que Lanzarote era una especie de buque anclado en el Atlántico y que podría aplicársele las mismas solucione que ya experimentaban en otros lugares para desalar agua". El ingeniero naval, Manuel Díaz Rijo (el impulsor de las primeras potabilizadoras de agua de mar para consumo humano en Lanzarote) fue el encargado anoche de leer el pregón de las fiestas patronales de Lanzarote en honor a Nuestra Señora de Los Dolores.

Díaz Rijo desglosó en su pregón las razones que le llevaron a poner en marcha en los primeros años de la década de los sesenta del siglo pasado una potabilizadora basada en los métodos que se aplicaban en ese momento en algunos grandes buques que desalaban su propia agua mientras navegaban. "El tema me pareció interesante para Lanzarote siempre que, desarrollando un procedimiento más complejo, se pudiera llegar a una solución cuyo coste de producción fuera adecuado para Lanzarote", señaló anoche en la explanada de Mancha Blanca ante cientos de vecinos que no quisieron perderse la apertura oficial de los fiestas patronales de la Isla.

"Tengo que decir que en la primavera de 1965 el mar se convirtió en la principal fuente de agua de Lanzarote y con ello comenzó el desarrollo de la Isla", indicó Díaz Rijo. Una época en la que Lanzarote se abastecía de agua gracias a las maretas y a los caudales existentes en el Risco de Famara pero que ya estaban prácticamente superados por el consumo. Así como de los buques cisternas de agua que se traían de fuera de la isla.

TRASLADO A LA PENÍNSULA

Díaz Rijo señaló anoche que la decisión de su padre (que era secretario de administración local del Cabildo de Lanzarote) de trasladarse a la Península estuvo motivado por el cierre tras finalizar la Guerra Civil del único instituto de segunda enseñanza de Lanzarote que estaba ubicado en Arrecife.

"Yo había terminado el primer curso y mis hermanos los superiores. Mi padre tomó la decisión de no separarse de sus hijos y pidió otra secretaría en la Península. Nos trasladamos a Orense, donde estudié dos cursos y luego a Madrid, donde terminé el bachillerato. Elegí carrera y estudié en la Escuela Especial de Ingenieros Navales y su doctorado", relató.

Tras terminar la carrera fue nombrado profesor de Física Teórica y de Mecánica de Fluidos en la propia Escuela de Ingeniería y fue contratado por un centro de investigación naval, el Canal de Experiencias Hidrodinámicas de El Pardo. Un centro que le permitió recibir información de todo el mundo relacionado con los buques.

"En aquel momento, los grandes barcos de pasaje y de guerra ya no transportaban agua dulce en tanques, sino que la iban fabricando a medida que navegaban por medio de unas simples instalaciones desalinizaban el agua del mar". Una idea que le inspiró para crear la primera desaladora en Lanzarote y Canarias a través de la empresa Termoeléctrica de Lanzarote.

Como paso previo solicitó información al Departamento del Interior de Estados Unidos quienes le aportaron datos sobre las cinco plantas desaladoras que, por iniciativa del entonces presidente Kennedy, se estaban desarrollando en EE UU. "Deduje que la solución más adecuada para esta isla era la que se experimentaba en San Diego, en California, porque permitía el acoplamiento con una central productora de electricidad, conforme yo había incluido en mi anteproyecto", destacó Díaz.