Ellos también parecían sentir la necesidad de afirmarse sobre este mundo. Quizás por eso de cuando en cuando subían a las cimas escarpadas de las viejas montañas de Lanzarote y grababan en la piedra unas figuras similares a pies. Los investigadores, siglos más tarde, cuando ya los aborígenes de la isla eran historia y leyenda, le dieron el nombre de podomorfos a estas creaciones de los majos, nombre que reciben los antiguos pobladores de Lanzarote, al igual que los de Fuerteventura. Su grito de piedra ha llegado alto y claro hasta el presente, superando la práctica aniquilación tras la conquista a principios del siglo XV.

Y el eco continúa resonando. Ahora, una investigación impulsada por la Dirección General de Cooperación y Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias en colaboración con el Cabildo ha profundizado en estas expresiones y demostrado la riqueza de estas manifestaciones aborígenes en Lanzarote. Según explica la directora general del área, María Aránzazu Gutiérrez, el estudio subraya que la isla posee un número de petroglifos superado tan solo por la actividad gráfica de los bimbaches de El Hierrro. Así, en los 19 yacimientos rastreados se han documentado 218 paneles, de los cuales 35 pertenecen a la grafía líbico-bereber, es decir, que entronca con el origen norteafricano de los antiguos pobladores del archipiélago. El resto se asocian con una escritura líbico-latina, producto de la romanización del norte de África hace dos milenios, y se desemboca en la creencia de que los inquilinos de este trozo de tierra atlántica dominaban ambos lenguajes.

La directora de las investigaciones, la filóloga Renata Springer, señala entre sus conclusiones el descubrimiento "sorprendente" de unas "inscripciones monumentales" que se aproximan al metro de extensión, mucho mayores que la media. Otro aspecto que le ha llamado la atención es que algunos de estos símbolos se encuentran en laderas de montañas lanzaroteñas desde las que se divisa con claridad la silueta de la montaña sagrada de Fuerteventura, Tindaya, el gran tótem.