El gerente de Inalsa (Insular de Aguas de Lanzarote SA), Pedro Martín Roncero, aseguró ayer en la junta general del Consorcio Insular de Aguas que las "estimaciones" de la empresa pública indican que haría falta una inversión de entre siete y ocho millones de euros para rebajar hasta límites normales las pérdidas en red, que ya suponen la mitad de la producción. De momento, en la sesión de ayer se acordó destinar cerca de 700.000 euros de los remanentes económicos de años anteriores a sustituir las tuberías en peor estado, lo cual ya debería dar lugar a una reducción sensible de esta sangría transparente. También se dio el visto bueno unánime a la declaración de emergencia hídrica hasta 2013 para adelantar los plazos de ejecución y puesta en servicio de la planta desaladora Lanzarote V.

Martín Roncero adelantó que un equipo técnico de Inalsa trabaja desde hace días en la confección de un mapa detallado de las fugas en la red para contar con información que permita actuar según se vaya contando con la inversión necesaria. La empresa espera concluir el trabajo la próxima semana. Según los datos que ya se conocían de manera más o menos general, los mayores problemas se presentan en Arrecife y en el casco urbano de San Bartolomé. Las tuberías de estos dos núcleos absorberían la inversión de alrededor de 700.000 euros aprobada ayer y que, según el gerente, ya permitiría ver resultados.

Por el momento, de los 62.000 metros cúbicos que se producen a diario en las tres plantas de Inalsa no llegan a facturarse prácticamente 31.000 metros cúbicos (esto supone producir 31 millones de litros al día para nada, lo que equivale a tirar por la borda unos ocho millones de euros anuales). Inalsa cifra las pérdidas medias en el 43%, mientras que los administradores concursales las elevan al 50% (los datos oficiales de 2009, los últimos disponibles, las fijaban ya en el 46,7%). Martín Roncero aclaró que no todas las pérdidas se deben a fugas en las tuberías, sino que también cuentan las filtraciones en los depósitos, los fallos en los contadores e incluso las captaciones ilegales.

La primera fase

La emergencia hídrica permitirá acelerar el proceso para crear, poner en marcha la planta Lanzarote V y evitar cortes selectivos. La primera fase, de 18.000 metros cúbicos, podría entrar en funcionamiento a principios de 2012, seis meses antes de lo previsto, y la segunda, de 12.000, a lo largo de ese año o principios de 2013, motivo por el cual se alarga la excepcionalidad hasta esa fecha. El proceso requiere también de la aprobación del Consejo de Gobierno canario, que ha adjudicado provisionalmente la obra a Acciona. La emergencia posibilita agilizar los trámites relacionados con los estudios de impacto ambiental.