Las dos princesas de Arabia Saudí, Latifa y Sara, que se encuentran de vacaciones en Lanzarote desde el pasado domingo, dedicaron la jornada de ayer a disfrutar de las instalaciones del hotel Gran Meliá Salinas y de la playa que se encuentra frente a ese establecimiento de lujo situado en la zona turística de Costa Teguise, en el este de la Isla.

La comitiva de la corte saudí, formada por alrededor de una decena de personas, ha reservado para la semana que esperan estar en la Isla, aunque no se descarta que puedan ampliarla algunos días más, una de las exclusivas villas con las que cuenta el Gran Meliá Salinas y diez habitaciones de diferentes categorías, desde las clásicas estancias para dos huéspedes, hasta las suites con servicio real, con vistas al mar.

Los precios por noche oscilan, aproximadamente, entre los 300 euros de una júnior suite de 81 metros cuadrados y algo más de 700 euros de una de las villas de estilo balinés situada en un recinto de 500 metros con piscina propia y otros servicios exclusivos, como carta de almohadas, ducha en piedra volcánica en el exterior, amplio vestidor, equipo de música con CD, jardín privado o salón incorporado al dormitorio.

Además del alojamiento han contratado el desayuno y disponen de servicio de mayordomo.

El hotel ha puesto a disposición de las princesas dos iPad para que puedan navegar por Internet. La seguridad que ha viajado con ellas es muy discreta, sólo dos personas.

Por otro lado, en el séquito hay asistentes personales y niñeras que se encargan de los tres pequeños que han viajado junto a las princesas.

Amables y cordiales

La sencillez y la cordialidad son dos de los rasgos que definen el trato de las princesas con los profesionales del hotel que las atienden y del resto de acompañantes que han viajado con ellas desde Arabia Saudí hasta Lanzarote. Los miembros de esa monarquía de Oriente Medio han mostrado su deseo de pasar lo más desapercibidos posibles no sólo dentro del hotel sino también en las visitas que tienen previsto realizar por la Isla y por la que habían mostrado interés en conocer desde hace tiempo, ya que se trata de un desplazamiento privado.

De hecho, la discreción quedó patente desde el primer momento de su llegada a Lanzarote al pasar por la sala de autoridades del aeropuerto de Guacimeta tras desembarcar, el pasado domingo, del avión de la compañía Air Europa procedente de Madrid. El grupo de 23 personas que tenía intención de trasladarse a la Isla, finalmente se ha quedado reducido a casi la mitad. El inconveniente que supuso la avería que sufrió el aparato de la Casa Real Saudí en el que tenían pensado volar a Lanzarote hizo cambiar de planes a más de un integrante de la familia saudí.