A menos de un mes para el inicio oficial de la primavera en el hemisferio norte -según el Observatorio Astronómico Nacional llegará el 20 de marzo a las 10.37 horas de la Península- Lanzarote luce un extenso manto multicolor de norte a sur y de este a oeste desde el pasado mes de enero gracias a las lluvias que con distinta intensidad han ido regando la Isla desde finales de noviembre.
La nueva piel que envuelve la volcánica tierra conejera, siempre agradecida aunque caigan cuatro gotas, transforma el paisaje de ocres, rojos y negros en tonalidades de verdes, amarillos y lilas por los distintos rincones de la geografía con los praderas de relinchones, lenguas de vaca y alhelíes canarios, nombres comunes de las plantas que brotaron tras las precipitaciones de finales de 2020 y enero pasado. A esa flora se han sumado de forma reciente las margaritas y amapolas.
Este aperitivo primaveral explosiona en la retina y muestra una de las caras más bellas de la isla de los volcanes, aunque sea efímera. Un episodio floral casi parecido tuvo lugar en 2018, aunque algo más tardío, en marzo y abril. El registro de lluvia acumulado en la isla en esa anualidad fue de 142,7 litros por metro cuadrado, según el anuario del Cabildo Datos de Lanzarote, un registro ampliamente superado por el reflejado en los pluviómetros a finales de 2020 y principios de 2021.
Así, a mediados de diciembre el municipio de Haría, en el norte de la Isla, una de las zonas con más pluviometría, comenzó a revelar su nuevo verdor tras los 80 litros por metro cuadrado acumulados desde el 25 de noviembre, a tenor de los apuntes recabados en distintas fuentes de origen público como Grafcan, Aemet, SIAR y observatorios privados, por Meteorología Lanzarote. En las primeras semanas de enero (del 5 al 11) la zona de La Torrecilla recogió 93,20 litros por metro cuadrado; 91,80 las Peñas del Chache; 88,80 Guinate; 77,40 Los Valles (Teguise); 49,40 La Asomada (Tías) y 97 Femés (Yaiza).
A esas cantidades se suman las que volvieron a empapar la tierra entre el 4 y 6 de febrero, como los 86,5 litros de las Peñas del Chache; 70,4 en Guinate; 43,5 en Arrieta; 50,6 en el cementerio de Haría; 49,3 en Los Noruegos, Famara (Teguise); 38 en Los Dolores (Tinajo) o los 23,4 de La Degollada.
Los lanzaroteños recorren la Isla cámara de foto o móvil en mano para inmortalizar el espectáculo de la adelantada primavera. Uno de ellos es el reconocido astrofotógrafo Gustavo Medina, que se patea kilómetros para captar imágenes como las que acompañan este reportaje y que forman parte de las 22.000 instantáneas que ha captado desde diciembre para preparar su próximo timelapse.
Su nuevo trabajo, que prevé estrenar el 16 de abril en la sala Indieras de Tías (19.00 horas), gracias a la Concejalía de Cultura, si la evolución de la pandemia lo permite, llevará por título La isla colorida (Colourful island).
“Está claro que es una transformación efímera de la Isla porque dentro de dos o tres meses todo volverá a ser como antes, la auténtica Lanzarote que todos conocemos”, asegura Medina. Su pretensión es “mostrar la Isla desde una perspectiva menos conocida y totalmente sorprendente”, lo que le lleva a realizar extensos recorridos y a buscar numerosas localizaciones con la luz más adecuada en cada momento. “No siempre sale la fotografía a la primera y tengo que volver a intentarlo”, admite el astrofotógrafo, que mostrará su nueva obra en sus redes sociales y en su página web, gustavomedinaphoto.com.
“Hacía tiempo que no llovía como esta temporada y las semillas estaban esperando a que cayera agua ‘bendita’ del cielo y han explosionado de tal forma, que la transformación de la Isla ha sido espectacular”, destaca Medina, que aguarda a que en breve broten las amapolas.
“La lluvia ha ayudado a mantener el verde y esperemos que los días de calima de esta semana no afecte mucho a las plantas”, desea Medina.
El biólogo Juan Cazorla explica que “la calima afecta a la floración, pero en parte es buena por la aportación de fosfatos, que estabilizan y enriquecen los suelos para la agricultura y la biodiversidad de forma natural”. No obstante, admite que “lo deseable sería que también lloviera para que se limpiaran las hojas”.
Ahora es el turno de las plantas de mayor porte y están floreciendo los tajasnoyos y la margarita de Famara, detalla el biólogo.
El municipio de Haría es el que recibe más visitas en la Isla desde que salieron las flores, sobre todo, durante los fines de semana, en lugares como la Montaña de Gallo, el Valle de Malpaso, El Rincón, Los Castillos, Guatifay, los alrededores del pueblo de Haría, Máguez y Los Tablones, aunque las praderas próximas a Puerto Calero (Yaiza) son otro de los lugares que también atraen a los curiosos. Aún queda primavera antes de marzo.
