El cierre por la crisis del covid de su exitoso restaurante Salitre, en Barcelona, que llegó a estar situado en el puesto 68 de entre los 100 mejores de España, fue «un palo fuerte» para los hermanos Sergio y Bruno Morales. Acaban de abrir su primer negocio en su isla natal.
El restaurante Niño Salvaje es el nuevo proyecto gastronómico de cocina nómada y con sabores del mundo, nacido en plena pandemia, de los mellizos lanzaroteños de 31 años Sergio y Bruno Morales. Ubicado en el edificio Hábitat Avenida, en la Avenida Mancomunidad de Arrecife, el negocio es el primero que emprenden en su isla natal.
Sergio estudió cocina en Hecansa en Tenerife y en la Escuela Superior de Cocina de Bilbao, donde también ha trabajado, además de Madrid, el País Vasco Francés, Inglaterra y Barcelona. Bruno cursó un Grado en Dirección Hotelera en San Pol de Mar (Barcelona), con el que se especializó en servicio en sala. Fue uno de los primeros camareros en el restaurante madrileño La Cabra, que llegó a tener una estrella Michelin. Bruno luego se convirtió en maître, sumiller y director de proyecto. En 2016 dirigió la apertura de Narciso, la conocida brasserie en Madrid del chef colombiano Mario Valles. Fue la primera vez en la que Sergio, como jefe de cocina, y Bruno, como director, trabajaron juntos antes de incorporarse a otras iniciativas y poner en marcha su primer restaurante en común, el exitoso Salitre, en Poblenou (Barcelona), que abrieron en 2018 y cerraron en 2021 por la incertidumbre en la continuidad de los negocios de hostelería que supuso las restricciones impuestas en Cataluña a ese sector, «las mayores del país», precisa Bruno, para frenar la covid. «Pedimos un crédito ICO y después de abrir y cerrar dos veces Salitre en un año, decidimos venir a Lanzarote», explica. Mientras maduraban en la cuarentena la idea de «tener algo en casa» recibieron el ofrecimiento de la familia Rosa para establecerse en Hábitat Avenida. El 24 de junio pasado abrieron Niño Salvaje.