La población lanzaroteña volvió un año más, el segundo de la pandemia, a peregrinar para ver a la patrona de la Isla, la Virgen de los Dolores, en su ermita de Mancha Blanca, en Tinajo. Hubo menos gente que en años anteriores por las medidas anticovid.
Ya por la mañana, Jesús Machín, alcalde de Tinajo, invitaba a asistir a los actos previstos e hizo un ruego a la patrona insular: «Al igual que paró el volcán, acabe con el coronavirus en el mundo».
Se celebraron cuatro misas, la última presidida por el obispo de la Diócesis de Canarias, José Mazuelos, quien destacó la solidaridad de los lanzaroteños, que como una madre se tiran al mar en busca de los inmigrantes, en relación a los naufragios como el de Órzola y agradeció a las autoridades su esfuerzo por atender la crisis migratoria y la pandemia.
El presidente del Gobierno, Ángel Víctor Torres, celebró el éxito de la vacunación y tuvo un recuerdo para la población de La Palma, isla con sismos estos días.
Por su parte, la presidenta del Cabildo de Lanzarote, María Dolores Corujo, agradeció la presencia ayer en la isla del presidente del Gobierno de Canarias y aseguró que “ha mostrado la cercanía, la empatía y el cariño que siente hacia Lanzarote compartiendo esta jornada tan señalada con una sociedad que ha mostrado su resiliencia y alta capacidad para enfrentarse a las adversidades desde las erupciones acaecidas entre los años 1730 y 1736”.
Consideró, además, que la asistencia de Torres es “un ejemplo más de su compromiso con el archipiélago y de su voluntad por conocer y ser partícipe en primera persona de las realidades que viven todas y cada una de las ocho islas”.
