La localidad zaragozana de Torrellas, en la comarca de Tarazona y el Moncayo, va a realizar la apertura de la fosa común del cementerio para exhumar los restos entre los que se confía en encontrar los de ocho personas de municipios cercanos, desaparecidas durante la Guerra Civil. Las labores de exhumación se llevarán a cabo del 23 al 26 de septiembre.

Se espera encontrar los cadáveres de Ciriaco Latorre Coscolin, Pablo Miguel García y Ángel Gil Serrano, de Tarazona; Juan Bálaga Royo y Policarpo Pérez Bellido, de Ainzón; Félix Jiménez Miguel, de Cunchillos; José Vázquez Gracia, de Novallas; y Gervasio Bonel Usón, de El Buste. Todos ellos habrían sido fusilados durante la contienda.

La iniciativa ha partido del Ayuntamiento y la Asociación de Recuperación de Memoria Histórica de Torrellas que esperan con ello "recuperar los restos de las personas enterradas para poder identificarlos y entregarlos a sus familias", ha explicado la alcaldesa, Pilar Pérez.

La localización de estas personas se realizó "gracias a Julián Casanova, que lo documenta en su libro El pasado oculto sobre la Guerra Civil en Aragón", ha señalado Pérez.

Por testimonios recogidos en la localidad de Ainzón por un grupo de investigadores, se piensa que además podrían encontrarse los restos de otras dos personas de esta población: Severo Mañas Aranda, --que era el alcalde cuando se produjo el alzamiento militar--, y Francisco Bellido Sanz.

Con esta exhumación, Torrellas espera "cerrar el círculo que iniciamos con la recuperación de las fosas de Ágreda y Vera de Moncayo de nuestros vecinos fusilados", ha indicado la alcaldesa.

"Pensamos que era justo hacer lo mismo con los que estaban en la fosa de nuestro cementerio, por respeto a los derechos humanos y a sus familiares", ha añadido la regidora.

RECOGIDA DE ADN

Mientras se preparaba el proceso de exhumación, se ha ido recogiendo muestras de ADN entre las familias para la identificación de los restos, un trabajo laborioso para el que en algunos casos, se ha tenido que "ir a residencias, ya que algunos familiares son ya muy mayores", ha apuntado Pilar Pérez.

El trabajo de exhumación e identificación de restos correrá a cargo de la Fundación Aranzadi. Las labores comenzarán el jueves 23 de septiembre, y continuarán hasta el domingo 26. Pérez ha recordado que se admiten voluntarios para colaborar en estas labores. "Especialmente es importante que participe la gente joven, porque deben conocer la historia", ha especificado.

Para la alcaldesa "todavía queda mucho por hacer", y ha aventurado que que "Torrellas es el único pueblo que ha llevado a cabo esta iniciativa".

En este sentido, ha dicho que hay familias que conocían que sus parientes podrían encontrarse en esta fosa, pero para otros ha sido un auténtico descubrimiento. Es el caso de un ciudadano residente en Lanzarote que "acababa de conocer que su abuelo, fusilado, se encuentra enterrado en Torrellas".

Pérez ha contado que esta persona "comenzó a investigar tras la muerte de su padre, que siempre le había dicho que no sabía dónde habían enterrado a su progenitor". Estas indagaciones le han llevado a Torrellas, donde la casualidad ha hecho que comparta un primo con uno de los concejales.

Al ponerse en contacto con él, "se ha enterado de que justo estos días íbamos a abrir la fosa", ha detallado Pérez. "No ha podido conseguir vuelo, pero vendrá la próxima semana", ha referido.

La alcaldesa ha anunciado que, una vez se identifiquen los restos, el Ayuntamiento "los entregará a sus familiares en un homenaje público". Aquellos que no sean reclamados por ningún familiar, serán enterrados por el Consistorio "pero ya identificados y con un entierro formal".

"Aunque sea tarde, la sociedad les debe poder descansar en su tumba", ha expresado Pérez, quien, recordando anteriores exhumaciones, ha subrayado que "a los familiares les cambia la cara cuando localizan a su antepasado desaparecido". La alcaldesa ha relatado que "se sienten en paz", ya que pueden "darles sepultura" junto a su familia y "tienen un lugar donde ir a llorarles".

El Consistorio de Torrellas ha contado con financiación de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) a la que se sumado la aportación recibida por la Asociación de Recuperación de Memoria Histórica de la Diputación de Zaragoza (DPZ).