La localidad turística de Playa Blanca borró de un plumazo la tristeza de dos años sin Carnaval hinchándose de felicidad durante tres intensas jornadas especialmente marcadas por la alegría y la alta participación en cada una de las propuestas festivas del programa sureño que tuvo en el Carnaval de Día de este domingo el mejor ejemplo de disfrute y confraternización. "Los comentarios de nuestro pueblo y las imágenes no mienten, así que quiero expresar públicamente el agradecimiento a los artistas por su buen hacer y el comportamiento del público durante todo el Carnaval que permitieron un disfrute cordial que terminó sin un solo incidente", subraya el alcalde de Yaiza, Óscar Noda, que también pone en valor el trabajo del personal del Área Festejos, liderado por el concejal Javier Camacho, y los servicios de la Policía Local y Protección Civil de Yaiza, así como el de los distintos cuerpos de seguridad y emergencias que prestaron apoyo en el recinto carnavalero y su entorno.

Por el Carnaval de Día pasaron más de 3.000 personas sin aglomeración alguna, ni siquiera hubo problemas en el tráfico, ya que la extensa superficie de la explanada que acogió todos los eventos permite facilidad de circulación a los presentes y una amplia zona de parking.

Javier Camacho anota que "la gente quedó encantada con la celebración del Carnaval en esa gran parcela municipal porque pudieron disfrutar a placer, y hasta el tiempo acompañó, así que el balance es positivo, por supuesto, siempre con margen de mejora". El alcalde, el concejal de Festejos y sus compañeros de partido de Unidos Por Yaiza del gobierno municipal participaron de la soleada fiesta disfrazados de exploradores, haciendo un guiño a la alegoría del Carnaval de la Selva.

Cientos de mascaritas no pararon de bailar en el Carnaval de Día al son de cuatro orquestas: La Sabrosa, Grupo Bomba, el dominicano Juan Manuel La Linea y Furia Joven, además de Elvis DJ, que calentaron el ambiente desde mediodía hasta el filo de las 18:00 horas.

El público bailó, saltó, gritó y disfrutó como no lo había hecho en tantísimos meses de sufrimiento, así que el Carnaval de Playa Blanca echó 'flis' al desencanto, como ponía el disfraz de Omaira Umpiérrez, vecina de Playa Blanca. El pueblo soltó la melena para reír y vivir, y es que celebrar es parte importante de nuestra existencia. Vecinos de otros puntos de Lanzarote tampoco quisieron quedarse en casa y se unieron a la fiesta de un municipio acogedor y hospitalario como Yaiza.