Canal Gestión Lanzarote ha comenzado en la mañana de este martes a repartir el agua potable de la cisterna, con capacidad de 15.000 litros, que trasladó en la tarde ayer a La Graciosa para paliar el desabastecimiento de los habitantes y turistas de la octava isla canaria mientras los buzos desplazados a El Río arreglan la tubería submarina que lleva el caudal desde Lanzarote a la octava isla canaria.

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Reparto de agua potable en La Graciosa Alicia Páez

Los vecinos están recogiendo el agua en garrafas que trasladan en carretillas hasta sus hogares y negocios. Para muchos esta imagen recuerda la vida cotidiana de los gracioseros del siglo pasado cuando acudían con latas a buscar agua a maretas y aljibes.

La falta de agua ocurre con la isla al completo en pleno agosto, cuando entre residentes y turistas suman más de 3.000 personas, más del triple que la población habitual en la octava isla. El malestar de unos y otros es más que notable. Incluso, algunos restaurantes han decidido cerrar hasta que vuelva la normalidad en el abastecimiento, llevando consigo pérdidas económicas en los negocios.

Los buzos contratados por Canal Gestión Lanzarote inspeccionan desde esta mañana la tubería submarina para comenzar con su reparación lo antes posible y devolver la normalidad en el suministro de agua.

La concejala delegada del Ayuntamiento de Teguise para La Graciosa, Alicia Páez, ha comunicado que "el gua que quedaba en los depósitos se ha bombeado y solamente ha llegado a la zona centro del pueblo y a determinadas calles de La Sociedad".

Los problemas con la escasez en el suministro de agua comenzaron hace unos diez días cuando comenzó a disminuir el caudal que llegaba a los vecinos.

Jóvenes gracioseras cargando el agua en latas en La Graciosa en 1962. Memoria Digital de Lanzarote/Gonzalo Betancort

Una lata por familia

Si la falta de agua era un serio problema en Lanzarote hasta el funcionamiento de la primera desaladora, en 1965, en una isla sin acuíferos ni embalses, en La Graciosa el problema se agrava aún más por la menor existencia de recursos hídricos.

"La visita del Capitán General a la isla de la Graciosa en 1943 y sobre todo su interés por paliar el grave problema del agua supuso para los vecinos de la isla poner fin a esta eterna pesadilla", asegura Francisco Hernández, Cronista Oficial de Teguise, municipio del que depende La Graciosa.

Recuerda que "con dinero del Mando Económico se compró en octubre de 1945, el aljibe construido por Juan Manuel Curbelo Barreto por 5.000 pesetas, el cual tenía una capacidad de 436 metros cúbicos". Con ese mismo dinero se adquirió en marzo de 1944 a los hermanos Santiago y Margarita Barreto Feo, un aljibe que habían construido en Pedro Barba al precio de 4.000 pesetas y una capacidad de 300 metros cúbicos.

En 1945, dos años después de la visita del Capitán General a La Graciosa, se inauguró una de sus obras, el pequeño muelle de Caleta del Sebo. El Mando Económico había construido también la iglesia, la escuela, la vivienda para el maestro, aljibes, el cementerio y se repartieron 65 lotes de tierra, instrumentos de labranza y cuatro camellos, explica el cronista.

Para la administración de estas obras se nombró una comisión cuyo presidente fue Jorge Toledo Betancort. Uno de los acuerdos de la citada junta recogía entonces que "existen tres depósitos de agua ubicados en el lugar denominado hoya del pozo, próximo a los cuales se halla una pequeña parcela de terreno conocida como Hoya de las Higuerillas".

En abril de 1948, esta Junta de ad ministración, dispuso que el agua de los depósitos sea repartida "a razón de una lata diaria por cada familia y se cobre cinco céntimos por lata".

La venta del agua era para un fondo común. En 1950 el Gobierno Civil acordó subvencionar la construcción de un depósito de agua, que se llevó a cabo en 1955 por medio de la Obra Social de la Falange y la Junta Provincial de Paro Obrero, rememora Hernández.

De las galerías de Famara a la primera desaladora de Europa

En Lanzarote, como en La Graciosa, la población miraba al cielo para ver si llovía y poder recoger agua en los aljibes y maretas repartido por la isla. En 1913 finalizó la construcción de las Maretas del Estado, grandes depósitos de almacenamiento ubicados en Arrecife destinados a recoger el agua de las escasas lluvias. El Rey Alfonso XIII mandó a construir esos depósitos, recoge Canal Gestión sobre la historia del agua en Lanzarote.

En 1953 llegó a Arrecife el agua extraída del macizo de Famara, mediante las correspondientes canalizaciones, cuyas perforaciones había comenzado años antes. Sin embargo, el sistema se mostró insuficiente dado el creciente consumo de la población de Arrecife.

Descarga del agua del 'correíllo' en el Muelle Comercial de Arrecife. Canal Gestión Lanzarote

Debido a que ambas soluciones fueron insuficientes, Lanzarote recibía cada cierto tiempo cargamentos de agua potable llegados de Gran Canaria y Tenerife a bordo de los famosos 'correíllos', barcos con tanques para tal fin. Una vez descargado en el puerto de Arrecife, las barricas eran transportadas en camellos y carros o se bombeaba a un tanque ubicado en el Muelle Comercial a donde acudían los vecinos para abastecerse. Con los aguadores se completaba el sistema de distribución del preciado líquido.

Estados Unidos impulsó en los primeros años de la década de los años 60 del siglo XX el desarrollo de la desalinización con un proyecto para la puesta en marcha de varias plantas experimentales. El ingeniero naval lanzaroteño Manuel Díaz Rijo conoció esa iniciativa y fruto de su inquietud por su tierra pensó en “considerar Lanzarote como un gran barco fondeado en el Atlántico, entre cuya maquinaria se incluyese una planta desalinizadora del agua del mar”. Pidió ayuda a las autoridades insulares y del Estado pero no se la prestaron, por lo que recurrió a inversores privados. El hermano de Manuel, el abogado José Díaz Rijo, y el ingeniero naval Javier Pinacho acompañaron a Manuel en su aventura que a mediados de los años 60 se convirtió en un hito histórico para Lanzarote.

Así, en 1961 nació la empresa Termoeléctrica de Lanzarote S.A., que compró la central eléctrica de Arrecife. Casi de forma paralela Termolansa ganó, mediante concurso público, la adjudicación del servicio de abastecimiento de agua potable para la capital lanzaroteña. A continuación, los promotores iniciaron una serie de contactos en Londres y Nueva York al objeto de definir y decidir cuál podría ser la instalación más adecuada para Lanzarote. El resultado fue un acuerdo empresarial entre Termolansa, Westinghouse y Burns and Roe.

Primera planta desaladora de Lanzarote en 1965, en Arrecife. Canal Gestión Lanzarote

El Consejo de Ministros autorizó a Termoléctrica de Lanzarote S.A .la instalación de la primera planta desalinizadora de Europa. Se ubicó en la zona conocida como Punta Grande (Arrecife), al estar próxima al mar, además de reunir otra serie de condicionantes necesarios. A su vez Termolansa comenzó los trabajos para construir la red de distribución de agua potable en Arrecife y el primer depósito regulador en la zona de Maneje.

En 1963 comenzó la construcción de los cimientos de la que sería la primera planta potabilizadora de Canarias y Europa y una de las primeras en el mundo, concebida como planta dual, al producir agua y energía.

En la primavera de 1965 comenzó a circular el agua potable por la red de distribución de Arrecife. La desaladora producía diariamente y a pleno rendimiento 2.300 m³ de agua potable y 1.500 kw de energía.