Un equipo de veinte personas comenzó este martes la tercera fase de la investigación arqueológica en el Yacimiento de San Marcial de Rubicón (Yaiza), junto a las playas de Papagayo, con el objetivo de dar continuidad a los trabajos de excavación de la campaña pasada, que no solo descubrió estructuras soterradas de trabajo, hábitat y defensivas de este enclave de alto nivel científico y patrimonial que muestra los primeros contactos entre la cultura europea y nativa canaria en el siglo XV, sino que halló materiales de origen aborigen y también europeo como cerámica y las monedas más antiguas dentro de un contexto arqueológico en Lanzarote.

El alcalde de Yaiza, Óscar Noda, que visitó la zona objeto de investigación junto a la concejala de Patrimonio de Yaiza, Silvia Santana, y ediles del gobierno municipal, destaca “este nuevo y trascendental paso que nos llevará a descubrir nuevos hallazgos para alcanzar el gran objetivo de promover el conocimiento y sobre todo la conservación y protección del yacimiento. Agradezco el trabajo e ilusión de todas las personas comprometidas en esta misión, incluidos los operarios municipales que están a pie de obra”.

Óscar Noda asimismo agradece, por supuesto, “la disposición de Nona Perera, directora de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, que como técnica y como responsable política ha materializado su interés para ayudar a llevar a buen puerto este proyecto, fruto del convenio suscrito por el Gobierno, el Ayuntamiento y las dos universidades públicas canarias”.

Responsables técnicos del proyecto guiaron a la expedición municipal por las primeras zonas de trabajo de esta nueva fase: la denominada zona fabril, en el flanco oriental del barranco de los pozos , y la zona habitacional, en el flanco occidental, ambas zonas que ya fueron objeto de excavaciones el año pasado con resultados altamente productivos.

La excavación arqueológica que se lleva a cabo actualmente está dirigida por María del Cristo González y Esther Chávez, arqueólogas de las universidades de Las Palmas de Gran Canaria y de La Laguna, respectivamente, y el arqueólogo de la empresa Baraka Arqueólogos, Miguel Ángel Hervás, equipo del que también forman parte técnicos de Baraka, estudiantes y graduados de las dos universidades canarias, trabajadores de la empresa Lumar y personal municipal que desde el inicio del proyecto colabora con los trabajos de campo de la investigación.