Aunque hace ya cuatro años que el Cabildo de Lanzarote y el Ayuntamiento de Arrecife pactaron la reforma de la Plaza de Las Palmas, situada frente a la iglesia de San Ginés, la realidad es que no se ha movido ni una piedra para restaurar esta obra realizada por César Manrique en los años 50 del pasado siglo XX. Harta de lo que considera «abandono» por parte de la administración municipal, la consejera de Patrimonio del Cabildo, Ariagona González, envió ayer por segunda vez al Ayuntamiento de Arrecife el proyecto definitivo modificado para la restauración de la Plaza de Las Palmas, una acción que equivale a instarle para que lleve a cabo de una vez la recuperación del espacio diseñado por César y frene así su deterioro.

La intención del Cabildo de Lanzarote con el envío del proyecto es desbloquearlo definitivamente después de que el Ayuntamiento emitiera informes negativos sobre la primera versión del documento, frenando con ello la ejecución de la obra. González resaltó ayer la importancia de las actuaciones para «recuperar un diseño lo más similar posible al que realizó César Manrique en los años 50 para esta zona» y «resolver la problemática de los elementos vegetales de gran porte que están desbordando los parterres». 

La consejera, que espera que la administración municipal no ponga más trabas e inicie los trabajo cuanto antes, se quejó de la falta de colaboración del Ayuntamiento. Habló de «abandono» y de «desidia a la hora de establecer una colaboración interadministrativa para sacar adelante la restauración».

Sin remontarse a cuatro años atrás, se limitó a detallar lo que ha sucedido a lo largo de este año. «Desde el Área de Patrimonio realizamos esta propuesta en el mes de febrero y, hasta la actualidad, no nos hemos encontrado con nada más que dificultades para continuar los trámites, señal de que el Ayuntamiento no está interesado en salvar edificios y zonas de valor histórico y patrimonial en la ciudad, dejándola abandonada y permitiendo que se pierdan pedazos de nuestro pasado», destacó la consejera. 

Su relato continúa exponiendo que tras redactar la primera versión del proyecto definitivo, donde recogieron las apreciaciones del Ayuntamiento sobre el anteproyecto, se encontraron con la sorpresa de que el Consistorio remitió al Cabildo «un informe negativo». Ante esto, desde su departamento tuvieron que acometer una modificación del proyecto básico para la restauración de la Plaza de Las Palmas, que es un intervención delicada no solo por tratarse de una obra de César Manrique sino también por encontrarse junto a la iglesia de San Ginés, una construcción de la segunda mitad del siglo XVII con un campanario erigido dos siglos después y catalogada en el año 1990 como Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento.

Cooperación

Tras el trabajo realizado, González espera que ahora, «presentado el nuevo proyecto, el Ayuntamiento de Arrecife muestre su cooperación». Lo que interesa, expuso, es que «nos permita seguir la línea de preservación del patrimonio histórico y cultural de la capital». 

La rehabilitación planteada sobre el espacio diseñado por César Manrique pretende resolver la problemática de las jardineras, así como la reordenación de los accesos, para mejorar la accesibilidad y tránsito de la Plaza de Las Palmas, así como la integración del aljibe que se encuentra dentro de ella para el disfrute visual. Asimismo, el proyecto incluye la peatonalización de un tramo de la calle Otilia Díaz.

Plaza de Las Palmas, junto a la iglesia de San Ginés La Provincia / DLP

El trabajo de restauración, en el que desde el principio ha participado la Fundación César Manrique como garante de la conservación de la obra manriqueña, se presupuestó en 2018 en unos 200.000 euros, que serán financiados por el Cabildo y el Ayuntamiento de Arrecife.

La Plaza de Las Palmas, llamada así en agradecimiento a la capital grancanaria «por enviar agua», se encuentra muy deteriorada, con el pavimento levantado en muchos puntos. Durante años, las únicas actuaciones llevadas a cabo han sido de pintura y reparación de grietas que no han evitado su progresivo deterioro.