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Bebió, fumó y desató el escándalo en un vuelo a Lanzarote: condenado el pasajero que obligó a volver al aeropuerto

El pasajero alteró un vuelo con 178 personas a bordo y ahora deberá cumplir 225 horas de trabajos comunitarios, tras una sentencia firme

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La Provincia

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Las Palmas de Gran Canaria

Lo que debía ser un tranquilo vuelo vacacional entre Edimburgo y Lanzarote terminó con el avión dando la vuelta en pleno aire, 178 pasajeros frustrados y una sentencia judicial que ya marca precedente.

Un pasajero británico, protagonista de una serie de comportamientos inaceptables —entre ellos fumar en cabina, consumir alcohol no autorizado y agredir verbalmente a otros viajeros— ha sido condenado a 225 horas de trabajos comunitarios por el Tribunal Sheriff de Edimburgo, según confirmó Ryanair, la aerolínea operadora del vuelo.

El incidente ocurrió el 5 de julio de 2024, cuando el avión apenas llevaba minutos en el aire. Según el testimonio de la tripulación, tres pasajeros comenzaron a alterar el orden, pero fue uno en particular quien cruzó todos los límites: encendió un cigarro, sacó su propio alcohol para beber y comenzó a increpar a los demás.

La situación se volvió tan tensa que el comandante del vuelo decidió regresar a Edimburgo por seguridad, cancelando el trayecto y dejando a decenas de familias sin vacaciones… al menos por ese día.

Ryanair celebra la condena: “Esto no quedará impune”

Tras conocerse el fallo judicial, Ryanair celebró públicamente la decisión, considerándola un ejemplo claro de que este tipo de conductas tienen consecuencias. “Esta condena demuestra que no vamos a tolerar alteraciones que comprometan la seguridad o el bienestar de nuestros pasajeros y tripulación”, señaló un portavoz. “Esperamos que estas 225 horas de servicio comunitario sirvan como advertencia para quienes piensan que pueden comportarse impunemente a bordo”, afirman desde la compañía.

El caso ha reavivado el debate sobre la conducta de los pasajeros en vuelos comerciales, especialmente en trayectos turísticos con alta densidad como los que unen Reino Unido y Canarias. Fumar a bordo, llevar y consumir bebidas alcohólicas propias o agredir a otros no son solo conductas prohibidas, sino delitos penales que pueden terminar en condenas firmes.

Ryanair ha reiterado que mantendrá su política de tolerancia cero, y que se reserva el derecho de tomar medidas legales ante cualquier comportamiento que ponga en riesgo la seguridad del vuelo o el bienestar del pasaje.

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