Análisis
La sombra de los conquistadores y el olvido: esclavitud e injusticia histórica en Canarias
La memoria histórica en Canarias es selectiva: mientras los conquistadores, artífices de violencia y esclavitud, son honrados con monumentos, calles y plazas, Lanzarotto Malocello es relegado

Imagen de esclavos trabajando en el campo en una finca en Canarias, procedentes de las ‘razzias’ perpetradas durante siglos en el continente africano. / LP / DLP
Alfonso Licata
La historia de las Islas Canarias está profundamente marcada por la esclavitud, un fenómeno que transformó el archipiélago en el primer y brutal laboratorio del comercio atlántico de seres humanos. Ya en el siglo XIV, mucho antes de la conquista oficial, las costas de estas islas eran escenario de violentas incursiones o razzias por los navegantes europeos. El objetivo era el secuestro de hombres, mujeres y niños indígenas para venderlos como esclavos en los mercados de la Península Ibérica.
El fenómeno de la esclavitud en las Islas Canarias no fue un evento aislado, sino un proceso en evolución. Inicialmente, se manifestó con las razzias, incursiones esporádicas y criminales que buscaban capturar a los habitantes nativos. La población indígena, conocida con diferentes nombres según la isla (por ejemplo, los majos en Lanzarote y Fuerteventura, los guanches en Tenerife, los bimbaches en El Hierro y los canarios en Gran Canaria), fue víctima de estas violencias desde el principio.
El verdadero punto de inflexión llegó en 1402 con la conquista normanda de Jean de Béthencourt en Lanzarote y Fuerteventura. La esclavitud dejó de ser una práctica criminal aislada para convertirse en un sistema institucionalizado. Béthencourt sometió a los reyes indígenas y usó su dominio como base para nuevas incursiones, financiando su poder a través de la venta de esclavos. Después de él, el sistema de explotación fue perfeccionado por la dinastía de los Peraza-Herrera, cuyas figuras se han convertido en sinónimo de avaricia y crueldad. Hernán Peraza el Viejo y su hijo Hernán Peraza el Joven, junto con la esposa de este último, Beatriz de Bobadilla, fueron de los más notorios opresores y comerciantes de esclavos en las Islas, especialmente en la isla de La Gomera.
Mismo patrón en las Islas
Con el avance de la conquista castellana, el mismo patrón se repitió en las demás islas. En Gran Canaria, la conquista (1478-1483) fue extremadamente violenta y llevó a la aniquilación casi total del pueblo canario. Los comandantes castellanos Juan Rejón y Pedro de Vera fueron los principales artífices de esta brutalidad, vendiendo a los supervivientes como esclavos.
En La Palma, los benahoaritas, liderados por valientes jefes como Tanausú, opusieron una tenaz resistencia, pero finalmente fueron derrotados y reducidos a la esclavitud por el conquistador Alonso Fernández de Lugo. La misma suerte corrieron los guanches de Tenerife tras la feroz conquista de 1494-1496, también liderada por Alonso Fernández de Lugo. La población indígena fue diezmada por las guerras, las enfermedades y la esclavitud, una verdadera catástrofe demográfica que barrió casi por completo con su cultura.
Con el fin de la conquista, las Canarias conocieron un período de prosperidad gracias al cultivo de la caña de azúcar. La población indígena, ya diezmada, no era suficiente para las demandas de las plantaciones. Así comenzó la importación a gran escala de esclavos de África occidental, transformando a las Canarias en una parada crucial del comercio triangular atlántico. Estos esclavos, regulados por leyes castellanas que ofrecían derechos mínimos, eran obligados a trabajar en condiciones extremas, perpetuando un sistema de explotación que ya había destruido a los pueblos nativos.
Hoy en día, la sombra de este pasado doloroso aún se refleja en la memoria pública. Monumentos y calles dedicadas a los conquistadores, como Jean de Béthencourt, Hernán Peraza, Pedro de Vera y Alonso Fernández de Lugo, perpetúan una narrativa histórica que glorifica a los opresores y oculta el sufrimiento de las víctimas. Estos símbolos son vistos por muchos como una negación de la historia, una ofensa a las víctimas y un obstáculo para la reconciliación.
Eliminar o, al menos, contextualizar estos monumentos, y dar espacio a la memoria de los verdaderos héroes y a la resiliencia de sus pueblos, sería un acto de justicia necesario para sanar las heridas del pasado.
Es significativo notar cómo la memoria histórica de Canarias es selectiva. Mientras los conquistadores, artífices de violencia y esclavitud, son honrados con monumentos, calles y plazas, otra figura clave permanece casi en la sombra.
Lanzarotto, en el olvido
Nos referimos a Lanzarotto Malocello, un navegante genovés al que se le atribuye el redescubrimiento de Lanzarote en 1312. A diferencia de los conquistadores posteriores, su presencia no fue de conquista u opresión. Las fuentes históricas sugieren que vivió en paz durante veinte años en Lanzarote, estableciendo una relación no conflictiva con la población indígena.
Su ausencia de monumentos o reconocimientos públicos, a diferencia de sus violentos sucesores, evidencia una narrativa histórica distorsionada que celebra a los opresores e ignora a quien, aun viniendo de lejos, no contribuyó a la destrucción del pueblo canario.
Por ello, sustituir la glorificación de la violencia por la conmemoración de la resiliencia, la dignidad y la cultura de los pueblos nativos, y reconocer a figuras como Lanzarotto Malocello que no trajeron opresión, es un paso fundamental hacia un futuro en el que la verdad no sea sacrificada por conveniencia.
Este acto de justicia histórica es necesario para honrar la memoria de quienes sufrieron y para construir una sociedad basada en el respeto y la verdad.
Suscríbete para seguir leyendo
- El fotógrafo que venció las nubes: así se capturó la alineación solar con el Teide desde Lanzarote
- Oswaldo Luis Medina y Elsa Padrón, campeones de Canarias de trail en la Haría Titán 2025
- La borrasca Claudia pierde fuerza en Lanzarote tras dejar más de 200 rayos frente a la costa oeste
- Arrecife prohíbe estacionar coches en calles sensibles a las inundaciones por lluvias fuertes
- Agricultura inicia las prospecciones para detectar la filoxera en Lanzarote
- Visto bueno a la vía de Puerto del Carmen a una salida del aeropuerto
- La Policía Local de Arrecife incauta más de 500 falsificaciones destinadas a la venta en mercadillos
- El Cabildo de Lanzarote suspende las actividades al aire libre y cierra centros y servicios por la borrasca Claudia