La portavoz del PP en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Pepa Luzardo, criticó la semana pasada al grupo de gobierno municipal por no incluir entre los proyectos que se financiarán con el Fondo Estatal de Inversión Local para el Empleo (Feile) una iniciativa que facilite la accesibilidad al barrio de La Matula. Sin embargo, lo cierto es que la zona ha sido olvidada por mayorías de gobierno de diferentes colores.

Hace 40 años que los vecinos soportan las dichosas escaleras y ni siquiera durante los 12 años de gobierno del PP, una etapa en la que las arcas municipales contaron con partidas ingentes para actuaciones en la ciudad, se atendió ese problema.

La realidad es que La Matula lleva sufriendo problemas de accesibilidad desde que los vecinos comenzaron a instalarse en esta zona del barranco Guiniguada con viviendas de autoconstrucción. Tras tanto tiempo han perdido la esperanza de que se mejore la accesibilidad del barrio a través de una carretera en la parte alta, prometida por diferentes grupos de gobierno. Con una carretera se facilitaría notablemente la comunicación de las viviendas, a las que sólo se puede acceder a través de unas escaleras, la mayor de ellas con 400 escalones.

"Yo compré mi casa en 1975 porque me dijeron que iban a hacer la carretera y trabajaba en La Favorita", explica Cirilo Falcón, que "sólo" tiene que subir 200 escalones para ir a su casa. "Hay gente que tiene que subir el doble", se consuela. Cirilo estuvo 40 días sin poder salir de casa porque se partió una pierna. "Tenía que venir mi cuñado a ayudarme para ir a rehabilitación", recuerda.

Los vecinos de La Matula se lo toman con resignación. "Es como subir a pie un edificio de 10 plantas. Ya estoy acostumbrado. Ni me quejo de la escalera", asegura Matías del Toro, que lleva viviendo en el barrio más de 20 años. "La vas subiendo al golpito. Mis hijos la suben más rápido, pero yo no puedo".

Juan Enrique Santana, con 87 años, fue uno de los primeros que se fue a vivir a esta zona, ubicada entre San Roque y Lomo Verdejo. Estuvo 20 años en la parte alta, a la que accedía a través de 215 de los 400 escalones (exactamente son 426, según los vecinos), pero optó por comprarse una vivienda más cerca de la carretera para "subir menos escalones", explica. "Compré a 20 duros el metro".

Los vecinos consideran que hay suficiente espacio en la parte alta para hacer una carretera que, a su entender, no costaría demasiado dinero. "Cuatro décadas llevamos pidiendo la carretera. Cuatro décadas. Se lo hemos pedido a todos los alcaldes, hemos protestado... Pero nada", apunta Inocencia Espino, una de las más veteranas de La Matula. "Mi marido, en paz descanse, decía que se iba a morir sin ver la carretera y así fue".