Elizabeth Nogues, Noelia González, Ana Laura Gómez y Patricia Jiménez son cuatro mujeres que se mueven como pez en el agua en un sector profesional tradicionalmente ocupado por los hombres. Ellas se convierten en un referente para las generaciones femeninas futuras y en una continuidad de los logros alcanzados históricamente por el movimiento feminista.

Cuando Ana Laura Gómez comienza a hablar sobre las enormes posibilidades que ofrecen los trabajos creados mediante el uso de los metales la cara se le transforma. Ella es feliz viendo el mundo a través de su pantalla de protección, mientras el arco eléctrico que maneja en el modelaje del metal se prolonga en una lluvia de chispas de fuego. No le asusta el riesgo que corre en su trabajo donde las quemaduras y cortes en las manos suelen ser un inconveniente importante. El secreto para desenvolverse con garantías radica "en no trabajar nunca sola" mientras permaneces colgada en una obra o cuando reparas una tubería o una fuga en las entrañas de un barco.

Durante cuatro años prestó sus servicios como soldadora en una empresa capitalina. Dice que el trato con sus compañeros, inicialmente, tuvo sus dificultades. "Los primeros días nadie me dirigía la palabra y cuando, por fin, me asignaron un mozo tuve problemas porque él se negaba a obedecerme. Si yo le decía una cosa él hacia lo contrario. Pienso que influía que estuviera a las órdenes de una mujer", añade Ana Laura. No obstante, con el tiempo se sintió integrada en el equipo de trabajo como una más. "Muchos compañeros venían a pedirme consejo sobre el proceso a seguir en la manipulación de ciertos metales y me tenían muy en cuenta".

Patricia Jiménez ostenta en la actualidad la presidencia de la Asociación Empresarial de Energías Renovables de Las Palmas (Aserpa). Se muestra optimista sobre la proyección profesional de la mujer en la actualidad, matizando que "si bien la mujer está más integrada y ya no se nos mira con extrañeza si queremos optar a un puesto elevado dentro de la empresa, aún queda, indudablemente, un largo trecho para que se normalice". A todas aquellas mujeres que se hayan marcado aspiraciones dentro su actividad laboral les recomienda una fórmula infalible: "que confíen en sí mismas y a la vez generen a su alrededor la confianza que los demás necesitan tener en quien lidera".

Noelia González encontró en su profesión como bombera la motivación necesaria para sentirse plenamente realizada. Confiesa que no fue una decisión fácil, porque ya tenía una edad avanzada para opositar y, además, tuvo que romper por completo con su actividad anterior como docente. "Pero nunca me he arrepentido".

La joven copiloto Elizabeth Nogues tampoco ha encontrado cortapisas en su desarrollo como copiloto de helicópteros. Además, se confiesa muy satisfecha del trato que recibe de sus compañeros. "Trabajamos en equipo, aunque a veces echo de menos hablar con una chica".