Octavio Santos Valencia apenas se tambaleó antes de caer fulminado en plena celebración callejera de la Nochebuena de 2008. "¡Me apuñalas con un cuchillo, maricona!", le gritó al autor confeso de la mortal agresión, Echedey Lorda Rivero, alias el Fatiga, después de que éste sacara el arma blanca de sus ropas y la hundiera en el pecho de su amigo. Así lo contó ayer al tribunal África García Herrera, que entonces era novia del acusado y compartía un hijo de dos años con la víctima. La testigo de cargo presenció el crimen, pues se hallaba con ambos mientras algunos vecinos de la Vega de San José festejaban la Navidad en la calle Córdoba de la capital grancanaria.

De hecho, en la segunda jornada del juicio por asesinato contra Echedey Lorna, África García relató con precisión cómo su pareja acuchilló al padre de su hijo. Fue con un arma blanca "como la de Rambo", igual a las que usan los militares. "Sacó el puñal de atrás, agarró a Octavio del cuello con la mano izquierda, lo trajo hacia él y lo apuñaló con la derecha", declaró la testigo. Luego añadió que la víctima tenía la cara tapada por su propia camisa, pues había retrocedido unos pasos para quitarse la blusa y pelearse con el Fatiga, situación que éste aprovechó para atravesarle el corazón. Ambos habían discutido por un porro, incluso Octavio Santos lanzó una piña con la que no llegó a golpear a su oponente.

La testigo recalcó que el arma no era un cuchillo de cocina, sino un puñal. "No sólo lo vi, sino que lo tenía tan cerca que olí la sangre antes de que el tío de Echedey se lo quitara de las manos", agregó.

20 CENTÍMETROS. Eso ocurrió cuando el Fatiga ya estaba en su casa, donde se refugió tras cometer el crimen para que los vecinos no lo lincharan. "El cuchillo era como el de Rambo, pero sin estrías, de unos 20 centímetros, como los del Ejército", atestiguó el tío del acusado, David Rivero Marrero. Después reconoció que le arrebató el puñal a su sobrino y que lo tiró por la ventana. La policía no pudo encontrarlo.

África García también sostuvo que Echedey Lorda no consumió cocaína ni estaba borracho. "Estuve casi todo el tiempo con él y es mentira que estuviera bebiendo desde las tres de la tarde. Tampoco lo vi esnifando", agregó. Sí bebió algunas copas de ron, "como todos los que estábamos allí". Un testimonio directo a la línea de flotación de la defensa, que aun así calificó los hechos de homicidio y solicitó la atenuante de embriaguez.

Sin embargo, la fiscal Eva Ríos, tras destacar que la testigo ha mantenido la misma versión en todo el procedimiento, se apoyó en esas declaraciones para solicitar una sentencia condenatoria de 18 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía.

La representante del ministerio público advirtió al jurado de las contradicciones en las que incurrieron otros testigos, entre ellos Óliver Santos, uno de los hermanos del fallecido, que se encontraba a cierta distancia y no pudo ver con claridad cómo sucedieron los hechos. Otro vecino de la zona, Javier Soto Macías, dijo que vio el crimen, pero su versión no coincidió con la de África García. Y es que ninguno de los dos supo aclarar la manera en la que Octavio Santos procedió a quitarse la camisa, entre otras imprecisiones.

Además, la ex novia de el Fatiga explicó que la puñalada fue "paralela al suelo", extremo que corroboraron los médicos forenses. Los doctores Guillermo Oliver y Eva Bajo subrayaron que la cuchillada "le atravesó completamente el corazón", y que por su trayectoria era "muy difícil" defenderse de ella.

Las acusaciones particulares, que representan a las ex parejas de Octavio con las que éste tuvo dos hijos, coincidieron con la fiscal, aunque una de ellas interesó 20 años de prisión. El juicio está pendiente del veredicto.