Los supuestos abusos sexuales a menores en la Escuela de Kárate Torres Baena que investiga el Juzgado de Instrucción 7 de la capital grancanaria se remontan hasta 20 años atrás, según ha podido confirmar este periódico a través de fuentes cercanas al caso, que se destapó el pasado jueves con la detención de cinco profesores de la escuela.

Tres de ellos fueron enviados el domingo a prisión provisional. Se trata del propietario de la escuela, Fernando Torres Baena, su pareja sentimental, María José González Peña, y otra monitora del gimnasio, Ivonne González Herrera. El juez les ha imputado los presuntos delitos de abuso sexual continuado y corrupción de menores. El primero de esos cargos pesa también sobre Juan Luis Benítez Cárdenes y José Benítez Peña, que quedaron en libertad tras ser interrogados por la autoridad judicial. Ambos trabajan en la escuela, aunque Benítez Peña no es karateca, sino profesor de apoyo al estudio.

El titular del juzgado, Miguel Ángel Parramón, le ha tomado declaración durante esta semana a una veintena de posibles víctimas. La edad de algunas era de 30 años, por lo que los hechos investigados pueden tener su origen hace dos décadas.

Los testigos citados eran alumnos o ex alumnos del citado club deportivo, que está ubicado en Las Palmas de Gran Canaria. Pero no son las únicas víctimas emplazadas por la policía judicial, pues el magistrado tiene previsto tomar declaración a "muchos" más perjudicados, según fuentes cercanas a la investigación. Algunos, ya mayores de edad, han sido localizados en Madrid.

Uno de ellos, después de comparecer ante el magistrado, explicó el pasado viernes a LA PROVINCIA/DLP en qué consistían esos abusos. "Íbamos a Playa de Vargas [donde viven los imputados] los fines de semana, nos quedábamos en la casa un grupo de diez o doce jóvenes y allí ocurría de todo".

La misma fuente añadió que los profesores de kárate organizaban esas concentraciones con la excusa de perfeccionar los entrenamientos, extremo que también confirmó la madre del joven, muy afectada por lo ocurrido. "Mi hijo lleva en el kárate 12 años y nunca me había contado nada, está toda la familia destrozada. Me enteré de todo el miércoles pasado, cuando la policía le llamó para que fuera a declarar", agregó la progenitora. Las edades de los niños oscilaban entre los nueve y los 15 años. Sus padres parecían confiar plenamente en los profesores, según el testimonio de la madre citada. "Es que no me lo puedo creer. Teníamos una relación excelente con ellos", subrayó. De hecho, la pareja de Torres Baena solía ayudar a los alumnos que tenían problemas en los estudios.