Carita de asombro era la que ponían anoche los pocos turistas que llegaban a la Estación de Guaguas de Las Palmas de Gran Canaria y se encontraban un mogollón de gente, todita vestida de blanco, haciendo botellón y con una nube blanquecina flotando detrás, se tratase de un grupo el que diera la bienvenida a los extranjeros o de una simpática parejita, que se hacía arrumacos en un banco del parque de San Telmo. "Es la fiesta de los Indianos", le trataron de explicar los agentes de seguridad a un matrimonio con pinta de alemanes. "¿¡Endianos!?", exclamó la señora extrañadísima, colocándose un dedo en la cabeza, como simulando una pluma.

Pero si sólo fuesen los guiris quienes se confundían al ver ayer tremendo fiestón en la zona de Las Palmas, que ayer superó las expectativas por gentío y diversión, la cosa quedaría en una simpática anécdota. El problema es que anoche había un montón de chicos y chicas disfrazados de Cristiano Ronaldo, enfermeras, marinerito, mimos... Y es que no todo el blanco es orégano en este evento.

Eso sí, dando ejemplo, muchos indianos en la que se ha venido a llamar Fiesta del Carnaval Tradicional. Los había, como siempre, unos más elegantes que otros, pero todos tenían muchas ganas de diversión, aunque la lluvia llegara dos veces en forma de tromba desde las nueve.

Elena García y Maite Rodríguez, empapadas, trataban de llenar sus botes de talco con lo que había quedado en el suelo de algún portal. "Qué pena", decía Elena, de 20 años, "porque como llovió, no se puede aprovechar nada de lo del suelo".

Su amiga, mientras, barría con la playera. "Si metes eso mojado ahí dentro", le aconsejó, "se nos fastidia el polvo seco que tenemos dentro del bote".

Un poco más organizados estaban Luis, Carlos, Gabriel y Marcos, que iban de "indianos, pero con toque de médico", bromeaban por llevar mascarillas para no tragarse todo el polvo que flotaba en el ambiente.

"Si sólo fuese talco, pues vale. El problema es que también tiran cemento blanco", comentaba otra asistente, tratando de demostrar que si es cemento lo que te cae en un ojo, lo pierdes. "Si cae talco, pues te pica un poco y ya está", añadía sonriendo, dándose cuenta de su disparatada teoría. Aunque para disparatada, una especie de Amy Winehouse, 'protagonizada' por un chico con moño y lazo rojo, que hacía montoncitos alargados con todo el polvo blanco que encontraba en un banco. "Es que en el Carnaval hay mucho vicio y yo tengo una fama...", repetía para el gusto de sus amigos, que no paraban de reírse.

La Policía Local también tuvo su momento de humor cuando, al preguntársele por el número de asistentes previstos, respondieron: "como el año pasado, más 5.000 personas más"

- ¿Y cuánta gente Vino l año pasado?

- Pues mírenlo ustedes en los periódicos, porque nosotros no tenemos ni idea.

De 'ronaldos' y otros lloros

Y entre toda la maraña festiva, montón de chiquillos, haciendo botellón y sin molestar a nadie, se cobijaban de la lluvia en el quiosco de la música de San Telmo o en los portales de las calles aledañas al Parque.

Muchos de ellos iban disfrazados de Cristiano Ronaldo, el futbolista. "No llora por los polvos de talco", explicaba un amigo de la mascarita. "Sino porque el del Real Madrid es un llorica", añadió divertido antes de morirse de risa al encontrarse con otros dos chicos, disfrazados también del futbolista portugués.

Todo esto, claro está, amenizado por la banda de música, que acabó teñida de blanco sólo pisar San Telmo.

"Y de aquí, para el parque de Santa Catalina, que hay orquestas y chiringays", agregó otro de los asistentes, flaco como un tollo y con el pelo blanco, casi almidonado del agua y la polvajera.