Telde vivió ayer por la tarde un caos metamorfósico, que por ahí va el tema de su carnaval, en lo que nada resultó ser lo que era en realidad. Por ejemplo, Lord Nelson, que por dentro era el alcalde Francisco Santiago, y que se presentó en plena cabalgata con sus dos brazos de paquete, cuando es conocido que el 25 de julio de 1797 recibió un bolazo de cañón en todo el codo derecho que lo dejó zurdo de por vida. Pues bien, según confirmaba a este periódico el concejal de festejos, José Luis Pérez, efectivamente iba de Lord Nelson y, además, portando un catalejo apoyado en las dos manos.

Pero eso es carnaval, y sobre todo el de Telde, "un totum revolutum", como calificó este hecho el propio edil poniéndose a sí como luz y guía: "Yo mismo voy reciclado con un cacho de aquí y otro de allá, de Fantasma de la ópera".

Pero funcionó. Vaya si funcionó, que nada menos que 24 carrozas se apuntaron a la parranda y unas decenas de coches antiguos también. Y ni los chuzos, que únicamente agradecieron los que venían reciclados también del carnaval capitalino con atuendos de resistencia marina pudieron con un tenderete de miles de personas que se extendió más allá de las diez, empatando con la verbena. Hoy habrá más desde por la mañana en La Barranquera, para los niños, al igual que por la tarde con una gala infantil, y luego a las ocho hay que coger rumbo a San Gregorio para enterrar a la sardina con su duelo funeral.