| Mañaneros. Hasta una treintena de pescadores aficionados se concentran en el muelle Reina Sofía, el más alejado de la ciudad (a excepción de la nueva Esfinge, y el mismo en el que están las plataformas petrolíferas). Sin embargo, las horas de mayor afluencia es la mañana hasta las 12, y entre las cinco y seis de la tarde.

| Refugio. La legislación permite sólo dos cañas por persona. La mayor parte lanza con plomo, aunque la cantidad de capturas depende del tiempo. Y el viento es un factor muy negativo, según recalca Dionisio García. En cambio, cuando cambian las condiciones fuera del puerto mucho pescado se refugia en el interior, y es cuando la actividad crece. "El pescado camina", afirma Sinforiano Jiménez.