Lleva 33 años en el sector. Manuel Herrera es un conocedor de la vida portuaria, tanto en su faceta como director de la Agencia Taliarte como a través de sus cargos de representación institucional, ya que es presidente de la Asociación de Transitarios de Las Palmas y del Consejo Canario de Usuarios del Transporte, y miembro del plenario de la Cámara de Comercio de Gran Canaria.

- ¿Tiene un coste muy elevado la burocracia administrativa que debe pasar la entrada de mercancía?

- Las Aduanas deben estar por seguridad, pero sí hay que pedir que sean ágiles. El problema no es siempre de ellos, sino que hay más intermediarios.

- Muchos operadores se quejan de que la Administración apenas realice trámites por las tardes. ¿Cuál es su opinión?

- Necesitamos un puerto de 24 horas, y un puerto que se distinga por la calidad de los servicios. No podemos competir en precios con otros puertos, porque podemos salir perdiendo. La Administración está intentándolo, y bien, pero existen distintos mediadores de los que dependemos, ya que no es sólo Aduanas, sino es el Soivre (Servicio Oficial de Inspección, Vigilancia y Regulación de las Exportaciones), el control fitosanitario... Para eso está el código NRC, que nos agiliza esos trámites, pero donde no está todavía la fito. El caballo de batalla es la fito que no está conectado para tramitar esa documentación, y sin ese permiso no se puede sacar.

- ¿Eso afecta, sobre todo, a la fruta fresca?

- Mercalaspalmas trabaja de madrugada, pero si no llega la mercancía a tiempo su venta puede retrasarse días. Y hablamos de productos frescos, que son muy sensibles, que pierden valor y calidad. Hemos conseguido que se unifique las visitas en sanidad, Soivre, etc. Pero la fito es nuestro caballo de batalla, porque cualquier retraso encarece el producto y eso lo pagamos todos, porque somos consumidores.

- ¿Han mantenido contacto con los nuevos responsables de las distintas organismos?

- Hemos esperado a que se asienten los nuevos responsables tras las elecciones para darnos a conocer, y manifestarles algunas de nuestras preocupaciones. Nosotros somos intermediarios entre las Administraciones y los administrados. Y queremos estar en todas las mesas de representación.

- ¿En cuáles?

- La ventanilla única entre la Administración central y la autonómica, Vexcan, está funcionando, aunque hay cosas por pulir. Por ejemplo, el traslado de la oficina del Gobierno de Canarias que estaba en el Puerto. Este cambio es un paso atrás, porque debe estar donde está la carga y la mercancía. Por operatividad, y sólo hay que verlo con el tráfico diario de la salida del Puerto. El Gobierno debe hacer un esfuerzo para reabrirlo.

- ¿Qué pasos deben dar los transitarios para adecuarse a los nuevos tiempos?

- Debido a la situación económica, tenemos que perfeccionar la formación. Hemos hecho cursos de gestión aduanera, mercancía peligrosa... Además, hoy casi todos los empresarios que mueven mercancías salen fuera, a visitar a fábricas. Y nosotros nos sentamos con esos empresarios y les enseñamos los costes y aranceles, y les facilitamos el transporte para que vean si es interesante comprar esa mercancía. Tenemos que estar al día, porque hay constantes cambios, sobre todo desde la Unión Europea, por proteger la industria local, y los costes pueden variar de un mes para otro. Y a lo mejor para los importadores no es tan interesante como les puede parecer a primera vista.

- ¿Todos estos trámites cómo afectan al valor del producto final?

- Es variable. Ellos no nos dicen el margen del beneficio que quieren tener. Pero sí les decimos el coste para que puedan ver los márgenes. Y eso va cambiando constantemente, a nosotros nos cuesta mucho dinero recibir toda esa información, pero tenemos que tenerla.

- ¿Qué volumen de actividad generan los transitarios?

- Hay empresas con tres y cuatro empleados, y otras de hasta 70. Y cada vez más especializados, porque el cliente pide más información. De esa información dependerá el éxito de cualquier operación. Y los empresarios se han espabilado, van cada vez más a ferias... Incluso, hay empresarios que ya hacen operaciones triangulares, es decir, llevan desde el país de origen a otro tercero, sin tener que pasar el producto por Canarias, porque han conseguido la exclusividad de las marcas. Y esa organización de los envíos se la podemos organizar nosotros.

- ¿Hay diferencias entre el puerto y el aeropuerto?

- Tienen sus peculiaridades, pero son muy similares. Pero, sobre todo, es muy importante la conectividad. Porque un puerto bien conectado permite una agilización del transporte de mercancía. El puerto está creciendo y eso trae más barcos y más operadores por su agilidad. Otros puertos podrán competir en precios, pero nosotros debemos competir en servicios. Si queremos ser competitivos tenemos que formarnos para que el operador, llámese petrolera o importador/exportador, pueda recibir una mejor calidad en el servicios. Tenemos que ser excelentes y tenemos mucho trabajo por hacer. Para eso están bien las mesas de trabajo. El ejemplo es el resultado del problema de la importación del pescado congelado.

- ¿Por qué es tan poco conocida la actividad de los transitarios, pese a que es fundamental en el transporte y en el tráfico de mercancías?

- Somos poco conocidos porque es una actividad que se da por hecha. Pero detrás de cada mercancía están los transitarios. Nosotros hacemos los servicios puerta a puerta, la recogida y entrega en puerta. En la Isla hay unas 80 empresas transitarias y logísticas.